En El Club De Astronomía

Capítulo Trece

El sábado llegó junto con un clima medio tibio, el ruido de las caricaturas en la televisión era rellenador en cierto punto, más el plato con cereal que dejó desde la mañana a medio comer yacía ignorando en la mesa después de tres cucharadas.

Para JungKook, pasar la tarde aburrido en casa no era agradable, no le gustaba estar sin hacer nada pero no tenía opción, TaeHyung le había enviado la invitación y el lugar era por el barrio de Wausan, algo alejado de donde vivía, entonces tendría que irse un poco antes.

Las caricaturas terminaron para dar paso a comerciales. No se molestó en ir por el control remoto y cambiarle, simplemente se mantuvo en la silla sentado mientras veía a la nada.

Pasaron al rededor de tres comerciales hasta que el sonido del teléfono fijo en su departamento sonó, con pereza se levantó de la silla y caminó directo hacia el aparato, sujetó el teléfono del mango para responder y finalmente el sonido cesó.

-¿Hola?- respondió.

-Kook-ah, hola.

La voz de su padre le hizo cerrar los párpados, lamentando muy en su interior el haber contestado.

-Papá, hola.- dijo a su pesar.

-¿Cómo va todo? ¿No has tenido problemas, verdad?- el bucillo en la línea se oía ruidoso, probablemente estaba trabajando.

JungKook rodó los ojos, sabiendo que nadie podía verlo.- Estoy bien, papá.

-Eso es bueno. ¿Y la escuela?- una claxon se oyó a lo lejos.

El pelinegro se tensó internamente.

-Como siempre.- sonó normal.

Hubo un silencio en la otra línea, pero no duró más que cinco segundos.

-¡Ah, sí, cierto!- dijo el hombre, y luego soltó una risa.- Sé que eres muy inteligente, Kook-ah, el alumno perfecto que debes ser ¿no?

-Sí.- ya quería colgar.

-Oye, estoy libre a las ocho, ¿qué te parece ir a cenar? Yo invito.

Ese malestar combinado con enojo y falta de apetito volvió mucho más fuerte en su sistema, tanto, que JungKook se alejó el teléfono un poco e inhaló aire.

No está solo. Dedujó de inmediato.

Después respiró tranquilo y volvió a ponerse la bocina para responder.

-No puedo, ya quedé en ir a comer con alguien.

-Qué mal. ¿Es así?

Su padre no se oía decepcionado o decaído por su respuesta, su voz era normalmente desinteresada como todo la vida la ha conocido.

-Sí.- se limitó a decir.

-Está bien, diviértete entonces. Te llamaré después. Cuídate.

-Igual tú, papá.

Y ambos colgaron.

JungKook miró el suelo, el ruido del televisor no cesaba y la pequeña cantidad de cereal que almacenaba su estómago se revolvía con coraje.

-Mentiroso.- susurró despacio, tragando saliva.

...

La chaqueta de piel negra que portaba era un buen conjunto que lucía bien con su pantalón negro razgado.

Caminando por el barrio, seguía avanzando sin ganas por la acera para llegar hasta el punto de reunión donde se encontraría con el pelicastaño antes de llegar al restaurante.