Capítulo Dieciséis

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TaeHyung tenía las ganas en cero.

Ayer por la tarde, luego de salir con su tía, su jefe le mandó un mensaje para presentarse al trabajo, pues un compañero (que no muy reciente entró a trabajar ahí), había renunciado luego de un mes, por lo cual, ahora en lo que conseguían un nuevo empleado TaeHyung debía de ir a trabajar dos semanas completas, contándolo como un favor para su jefe.

No era tan malo si lo pensaba bien, le pagarían más. Eso sí, quitando el hecho de que tendría menos tiempo, y algunos días le tocaba salir antes de la escuela, entonces hablaría con JiMin más tarde.

Continuó caminando por la entrada de la universidad hasta que su vista cayó en JungKook a unos metros más adelante.

No deseaba verlo, ni hablarle, ni estar cerca de él.

Su confusión se había calmado ayer pero volvió cuando miró esa cara, y las nauseas y pánico cayeron de nuevo en su estómago.

Cálmate, TaeHyung. Actúa normal, igual que lo haces siempre, y no hay porque sentirte así, solo vas a agradecerle por lo del sábado.

Se convenció.

Sí, él no era un persona de las que les gustara huir, y JungKook no había sido grosero la última vez, en cierto punto.

Le había prestado su chaqueta, y TaeHyung tampoco era una persona mal agradecida, así que, calmándose, trotó hasta llegar al menor y le palmenó después el hombro, haciendo que volteara.

-Buen día.- saludó.

JungKook lo miró de mala forma, pero el gesto no fue tan largo, así que solo asintió.

-Hola.- dijo simple.

Continuaron caminando debido a que detuvieron sus pasos anteriormente.

-Escucha.- TaeHyung empezó a decir.- Sobre lo del sábado...

El pelinegro volvió a detenerse, haciendo que TaeHyung lo imitara.

-¿Qué hay del sábado?- rápidamente preguntó.

TaeHyung lo miró interrogante, pues no entendía la pregunta.

-Sobre tu chaqueta.- después aclaró obvio.- ¿Te la doy mañana? Hoy no puedo porque se me olvidó en casa y tengo que ir a otro lado después de clases.

Ah, era sobre eso. Pensó JungKook.

-Sí.- carraspeó un poco.- De acuerdo.

-Genial.- TaeHyung se alegró.

Con tanto en su mente se le había olvidado traerla.

Asintiendo, JungKook ya no le respondió más. Llegaron hasta la puerta principal de la escuela y una duda interna, que no tenía porqué estar ahí, simplemente no tenía, se instaló en su cabeza, y estando a punto de ignorarla su boca le ganó.

-¿No te quedarás al club?

Maldita sea, Jeon JungKook. ¿Por qué te importa eso?

Le gritó su conciencia.

TaeHyung lo miró sorprendido, llegando a sentirse algo inquieto también, pero de cierta manera, muy en el fondo de su interior, le intrigaba que le preguntara, y se enojó por esa sensación.

-No, no puedo.- le respondió.

Maldita sea, Kim TaeHyung. ¿Por qué le respondes?

Ambos se quedaron en un silencio incómodo por un rato, sin verse a la cara.

No era normal que actuaran de esa forma, no se caían nada bien y se guardaban enojo pero...

¿Pero? ¿Había un pero?

En El Club De Astronomía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora