CAPITULO 6

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Todos los sábados iban a tomar un café con leche a la misma cafetería, y Charlotte buscaba con la mirada a una joven que trabajaba allí. Una alta, de pelo y de ojos cafe, que siempre que la veía le sonreía.

Uno de esos sábados, la muchacha, acompañada por tres chicas, esperó en la barra del bar hasta que vio llegar a la joven que le había llamado la atención. Animada por sus amigas, se acercó a Charlotte y, tendiéndole la mano, dijo:

- Nita. Ella la miró, ¡se le estaba presentando!.

La muchacha comenzó a hablar y Charlotte, con cara de circunstancias, buscó a Nam con la mirada.
Necesitaba ayuda y su amiga le hizo de traductora. Nita, contenta por haber podido salvar aquella barrera que las separaba, les dijo a sus
amigas que se acercaran y, tras plantearle a Nam la posibilidad de ir a bailar todos juntas, salieron de la cafetería y se fueron a un local cercano.

Durante varios sábados se estuvieron viendo con aquellas chicas. Charlotte había empezado una relación con Nita, mientras Tee parecía llevarse muy bien con otra de ellas.
Pero un mes más tarde, el romance entre Charlotte y Nita se acabó y el de Tee ni llego a empezar. Aquello no tenía ni pies ni cabeza, y los dos grupos dejaron de verse y de quedar.

Los días transcurrieron y una tarde, cuando Freen esperaba junto a otras compañeras de trabajo a que salieran sus amigas de la fábrica, mientras se ponía los guantes rojos de piel de Nam que tanto le gustaban, pasaron por delante de ellas varios camiones militares llenos de soldados Ingleses. Éstos, al ver a tanta mujer junta, empezaron a gritar y a piropearlas y todas sonrieron. Freen también.

Cinco minutos después, y una vez recuperada la normalidad de la calle tras el paso del convoy militar, mientras caminaba con las demás chicas hacia el apeadero del Bus, preguntó:

- ¿Qué les parece si el mes de julio, cuando tengamos vacaciones, intentamos ir a Thailandia aunque sea una semanita?
- ¡Sería genial!. Aplaudió Charlotte. Tee, que aquella tarde iba con ellas, las miró y dijo:

- No contéis conmigo.
- Conmigo sí. Afirmó Nam. Me encantara volver a Thai.

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