Durante el resto de la semana, cada vez que Freen salía de la fábrica esperaba encontrar a Rebecca en la puerta con la mejor de sus sonrisas, sin embargo no apareció.
Cuando llegaba a la residencia, seguía teniendo la esperanza de que estuviera allí hablando con la tia Mhee o de que le hubiera dejado una nota. Pero nada, seguía sin dar señales de vida y Freen, con pesar, se resignó.
Al llegar el fin de semana, su amiga la animó a salir con ella y Engfa, pero Freen se negó.
Si Rebecca la había olvidado, ella no le iría detrás. Como siempre le había dicho su madre, una podía ser mujer, pero ¡no tonta!Así que se quedó en la habitación, sola, arreglándose unas medias, mientras escuchaba la radio.
En cuanto comenzó de nuevo la semana, recuperó la esperanza de verla, pero cuando una tarde
un convoy militar de la base pasó por la puerta de la fábrica, y descubrió en él a Engfa y a Irin, que le guiñaron un ojo, el alma se le cayó a los pies al entender que Rebecca estaba allí con ellas, pero
no había querido verla.
El sábado siguiente era el cumpleaños de Engfa, y ésta las invitó a la base a tomar algo. En un principio, Freen se negó. Si iba, seguramente se encontraría con Rebecca, pero al final, la insistencia
de Engfa y de Charlotte, y sus propias ganas de verla por mucho que ella misma se lo negara, la hicieron decidirse.Tras dejar el pasaporte en la garita de la entrada, sintió que le costaba respirar. Llevaba quince días sin verla y sabía que, cuando se encontraran, no iba a ser fácil. Pero esforzándose por sonreír,
entró primero en la cantina, donde saludó a varios jóvenes que conocía, y después en el salón de baile, como siempre, la música sonaba mientras los militares bailaban con sus chicas, tras echar unas monedas a la máquina de discos.
Al verla, Irin se acercó rápidamente a saludarla. Durante un rato, charlaron y bromearon, pero no se mencionó a Rebecca. Una vez ella se marcho, Freen miró a su alrededor con curiosidad en busca de la mujer que deseaba ver, pero no estaba en ningún lado y, con tristeza, observó cómo su amiga y Charlotte bailaban acarameladas una
romántica canción.
Consciente de que la tarde iba a ser muy larga, vio bailar a muchos de los jóvenes que conocía y, cuando una canción acabó y empezó a sonar otra, Freen se sorprendió. Era perfect. Pero antes
de que pudiera moverse, oyó tras ella:- ¿Bailas conmigo, nena?
Al volverse, se encontró con la chica que llevaba días buscando con la mirada y con el corazón, así que, sin dudarlo, se levantó y, cogida de la mano de ella, salió a la pista.
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¿SABES QUIEN SOY?
De TodoTe sumergiras en dos historias paralelas con un final de pelicula... Dos relaciones en diferentes epocas, en diferentes ciudades, con circunstancias distintas, pero que el amor se covertira en el gran protagonista.