The Heir to the House of Prince

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"Gracias por usar el traje", dice Blaise mientras se acercan a la puerta de la fiesta.

"Sí, bueno, este es en el que menos me parecía".

Harry rechazó algunos de los atuendos más extravagantes y se decidió por un traje negro de terciopelo. Está claro que pretende ser un guiño a su falso compromiso, porque tiene joyas rojas y una decoración bordada con pequeñas trinacrias tejidas en el patrón que cae en forma de capa sobre la parte posterior de los hombros y alrededor de la parte delantera del cuello. Está bien ajustado y hace que Harry se sienta demasiado delgado, por lo que se ve comprometido al usar su camisa favorita que alguna vez fue de Hermione, la negra ligeramente transparente que se hincha en todos los lugares correctos, sintiéndose reconfortantemente oculta mientras es lo suficientemente elegante para todas estas tonterías.

—No pareces un pomo en absoluto —Blaise le toma la mano mientras entran en la bulliciosa y cálida habitación donde había sido la cena de Slughorn—. Hay murciélagos vivos revoloteando alrededor de las vigas y decoraciones de calabazas por todas partes. Claramente se ha habilitado un área para una banda y un elfo doméstico está tocando el piano. Harry no cree que haya visto tantos adultos externos dentro de Hogwarts desde el Torneo de los Tres Magos. Ve un par de gafas de color verde lima en particular entre la multitud y sabe que Rita Skeeter está aquí. Jodidamente genial". Además, ¿tienes otros zapatos?"

"Me gustan estos zapatos, deja de meterte con mis malditos zapatos", murmura Harry, tirando de su cuello. Harry no le dirá a Blaise que solo tiene sus converse y sus zapatos escolares para usar. Probablemente me compraría veinte pares nuevos.

"Esta va a ser una noche en la que Theo y yo tenemos que trabajar mucho", dice Blaise, en voz baja. Lleva un traje de terciopelo rojo sangre con túnicas negras y plateadas en la parte superior, bordado con cuervos. Su anillo de cuervo de plata es particularmente prominente en su dedo.

"¿Qué tengo que hacer?" Pregunta Harry nervioso. Mira alrededor de la habitación, encontrándose con las miradas curiosas de varias personas. La parte posterior de las rodillas de Harry comienza a sudar y sabe, de repente, que esta no va a ser una fiesta divertida.

"Si es posible, mi Señor, preferiría que no te metieras en problemas", sonríe Blaise.

"Malditamente encantador eres", murmura Harry. Sabe que durante la mayor parte del último mes, Theo, Blaise y Daphne han estado tramando algo. No hablarán de lo que es, pero Harry tiene la sensación de que es una especie de cosa de Slytherin.

—Lo intento, amore —Blaise pone una mano en la espalda de Harry y lo guía hacia la mesa de la bebida. En la esquina de la habitación, Harry ve a Draco. Lleva una túnica plateada que Harry cree que lo hace parecerse demasiado a su padre para la comodidad de Harry. Tiene a Tremblay con él, que también está vestido con túnicas plateadas, y es absolutamente la última persona que Harry quiere ver.

—Maldito Tremblay —suspira Harry, volviéndose hacia la mesa de bebidas y sirviéndole a él y a Blaise tazas de ponche—. Sabe a calabaza y whisky. —¿Por qué demonios está aquí?

"Es la cita de Draco", dice Blaise, tomando la bebida de Harry y mirando alrededor de la habitación. A pesar de que Tremblay pasa su mano por el cabello de Draco, los ojos de Draco están fijos en el lugar donde la mano de Blaise toca la espalda de Harry. Harry desearía mirar hacia otro lado. "Y tiene otras razones para estar aquí. Come algo".

Blaise empuja un plato de empanadas de calabaza hacia Harry, pero sus muecas y niega con la cabeza.

—¿Has comido esta noche? Blaise presiona.

"Tenía una manzana", admite Harry. —¿Por qué otra razón estaría Tremblay aquí?

Blaise asiente suavemente hacia la pareja. Harry observa cómo los gemelos Carrow con túnicas de vestir púrpuras a juego son traídos para unirse a ellos, acompañados por una sonriente Rosier.