The Heir to the House of Prince

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Theo quiere asesinar a Albus Dumbledore. Es un pensamiento que lo consume mientras tropieza en el aire y entra en una habitación polvorienta en lo que presume es Spinners End. Quiere desgarrar su mente y torturarlo con sus recuerdos más oscuros e incluso eso, piensa Theo, sería una muerte demasiado amable.

"¿Dónde estamos?" Theo chasquea, sacando su brazo de las garras del lobo. Se siente agudo como si estuviera hecho de cuchillos y quiere hacer sangrar a la gente. Vio a Harry invadido por el mago vivo más poderoso, lo vio arriesgarse y dejar a Theo atrás de nuevo y ahora Theo no tiene paciencia o cortesía de sobra para ofrecer al hombre lobo más irritante del mundo en un cárdigan.

"Esta es la casa de la familia Severus", Lupin mira a su alrededor el desorden, el polvo y la suciedad de aspecto sospechoso alrededor de los bordes de las ventanas y el fregadero. "No lo ha utilizado adecuadamente en muchos años".

"Claramente", murmura Theo, aferrándose a la taza que ha sido sellada mágicamente, con agujeros de aire, para contener al Parvus Pixie. Todavía no ha leído la carta de Blaise y está buscando un lugar tranquilo para hacerlo, así como para actualizar a Granger. Sahara se desliza de sus hombros, ya enojado con Harry por dejarla atrás. Eso nos hace dos. Ella silba furiosamente mientras se desliza por las tablas sucias del piso, su cuerpo deja un camino limpio a través del polvo, dirigiéndose a una de las ventanas rotas. Theo cree que escucha las palabras "comer" y "destruir" allí.

"¿A dónde va?" Lupin pregunta, cautelosamente.

"Caza". Es eso o, como Theo, ella está tramando las formas en que destruirá a Dumbledore y castigará a Harry cuando regrese. Ella tendrá que ponerse en fila. Theo escucha el severo grito de Harry de "¡Theo, no!" una y otra vez dentro de su cabeza. Ve la mano extendida hacia él, las volutas grises de plata que vienen directamente hacia su cara, asentándose a su alrededor como una jaula que no se puede escuchar ni ver dentro. Recuerda el arrepentimiento en los ojos de Harry, pero también la terrible e innegable resolución. Harry es más poderoso que Theo. Si Harry quiere excluirlo, puede hacerlo. Es insoportable.

"Esta no es una casa para un hijo de negro", gruñe Kreacher. Theo mira al elfo que está parado a su lado, mirando a su alrededor la pequeña y sucia casa con un disgusto muy obvio.

"Es lo que tenemos", dice Lupin. "Al menos hasta que podamos volver a Grimmauld Place".

"Harry no volverá", dice Theo en voz baja, objetivamente y Lupin le lanza una mirada irritada como si estuviera molesto por la constante postura protectora de Theo cuando se trata de Harry. Lupin ama a Harry, cualquier tonto puede ver eso, pero Lupin también ha pasado toda una vida siendo forzado a vivir bajo las reglas de otras personas. A veces, Theo puede verlo inclinarse hacia la voluntad de los demás de una manera que no servirá para ningún adulto que se considere un guardián de Harry Potter. Eso es lo único bueno que se puede decir de Dumbledore, piensa Theo, que era y es completamente inflexible. Theo lo reconoce porque cuando se trata de Harry, él también es inflexible.

Harry será feliz. Harry estará a salvo. Harry vivirá. Theo no cree que estos sean objetivos elevados, pero se está dando cuenta de lo poco que los adultos en la vida de Harry saben sobre su infelicidad, falta de seguridad y cercanía a la muerte. Ni uno solo de ellos es de confianza y mientras Theo mira fijamente a Lupin, piensa que Lupin probablemente pueda ver eso.

"Supongo que Kreacher ... limpio", gruñe Kreacher, mirando las ventanas grises y sucias con disgusto.

"Eso podría ser útil", dice Lupin. Cruza a la chimenea y la golpea con su varita, murmurando. Luego retrocede, mirando intensamente la rejilla vacía como si esperara que Harry y Snape aparecieran de repente. Theo quiere poner los ojos en blanco. Patético.