Megan McAllen no la ha tenido fácil gracias a que nació intersexual. A pesar de haber nacido en una familia escocesa que la hace sentir segura, respetada y aceptada, jamás tuvo amigos. Excepto Jess.
Jess Parker es una chica inglesa que conoce a Meg...
Las clases iniciaron y me sentía bien tomando apuntes, sabiendo que había iniciado mi carrera como doctora. Este era solo el comienzo y era una sensación increíble. El único asunto era que me costaba concentrarme. Primero, porque no dejaba de pensar en cómo estaría Jess en sus clases. Y segundo, porque todos tenían qué decir sobre mí. Podía escuchar los susurros, preguntándose qué clase de anomalía había atravesado mi madre y cómo era posible que haya nacido así. Otros, se preguntaban si era hombre o mujer. Algunos se preguntaban si tendría novia, que quién se atrevería a salir conmigo. Y había otras chicas, que me miraban con interés, diciendo entre ellas que habían notado mi tamaño, queriendo averiguar qué tan buena era en la cama.
Respiré hondo, pues tan solo quería concentrarme en las clases, en mis apuntes y en lo que tenía que estudiar. Y cuando salí de clases, salí al pasillo para considerar ir en busca de un café. Me detuvieron en el pasillo unas chicas y respiré hondo al ver que me estaban mirando descaradamente.
—Hola, nos preguntábamos si aceptarías ir por un café.
—Disculpen, pero no puedo. Y no me interesa un café, gracias.
—¿Vas a decir que no te interesa ir por un café con ninguna de nosotras?
Respiré hondo una vez más y pensé en cómo mandarlas al diablo cuando miré hacia el pasillo y la vi venir con una gran sonrisa.
Jess se acercó con su mochila colgada en un brazo e hizo a un lado a dos de esas chicas.
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—Disculpen... —Las chicas la miraron y yo observé como se acercó y me tomó del rostro—. No tengo mucho tiempo, pero te extrañaba, cariño.
Y se acercó para besarme. Me dio un sentido beso y luego se giró para ver a las chicas.
—Se los diré así, ahórrense el trabajo. No me interesa cuáles son sus intenciones, pero ella ya está ocupada.
—¿Eres su novia? —Me preguntaron, señalando a Jess y aproveché la oportunidad.
—Desde hace tres años. —Dije y miré a Jess—. ¿Verdad, cariño?
Asintió y me dio otro beso antes de abrazarme. Las chicas me miraron y noté que miraron a Jess con atención. La cual las miraba con los ojos duros y admito que daba un poco de miedo.
—Disculpa, no sabíamos que tenías novia. No te volveremos a molestar.
Se alejaron y Jess se dio la vuelta para abrazarme por los hombros con una sonrisa.
—No te preocupes, yo me encargo de que no se vuelvan a acercar. —Dijo en un susurro para que solo yo la escuche.
Sonreí antes de permitir que se acerque para darme un beso. Y esta vez, me dejé llevar más de la cuenta. Me estaba besando en público, frente a todos mis compañeros de universidad y dijo que está conmigo luego de ver que estas chicas se me tiraban encima. ¿Estaría celosa? ¿Lo hizo para ayudarme porque me vio incómoda? No lo sé, pero esta era una situación que no se había dado antes y que había soñado con experimentar.
