Megan McAllen no la ha tenido fácil gracias a que nació intersexual. A pesar de haber nacido en una familia escocesa que la hace sentir segura, respetada y aceptada, jamás tuvo amigos. Excepto Jess.
Jess Parker es una chica inglesa que conoce a Meg...
Tras cenar y quedarnos haciendo sobremesa con charlas, Jess y yo decidimos subir a la habitación. Cuando dije que Jess se quedaba rata noche, mamá nos dió una mirada a las dos que me hizo recordar su consejo.
Tras bañarme y lavarme los dientes, dejé que Jess hiciera lo mismo y le di un cepillo que dejamos para ella cuando se queda, fui a la habitación y esperé a Jess luego de secar mi pelo. Una vez que entró, cerró la puerta y se acercó para meterse en la cama conmigo después de secar su pelo.
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-Me dijo mamá que hoy te encontraste con ella en la farmacia.
Abrió los ojos y asintió, roja, mientras se metía en la cama y se cubría.
-Me vio comprando pastillas anticonceptivas. -Me dijo y sonreí, roja-. Pero fue una linda oportunidad para hablar con ella y que me diera consejos.
Se acomodó entre mis brazos y me observó.
-Bueno, hoy fui a la ginecóloga. -Dijo y asentí-. Cómo es la primera vez que tomo pastillas anticonceptivas, debo tener mucho cuidado los primeros 7 días y si llegamos a tener relaciones, debemos tener precaución de usar preservativo. Porque la protección es 7 días después.
-Está bien, creo que podemos esperar. Y no sé, quizás experimentar un poco antes e irnos acostumbrando.
-Estoy de acuerdo.
-Jess... -Me tomé un momento para mirarla y sonreí-. En una semana hacemos 1 mes como novias oficiales, pero si lo pensamos bien, hace tres años que en realidad estamos juntas.
Asintió y me dió un beso, así que respiré hondo.
-Quisiera... Que hagamos algo especial ese día. Que me permitas planificar algo hermoso y me dejes sorprenderte.
-¿En serio? -Dijo y asentí.
-Así que... ¿Crees que podríamos reservar el tener nuestra primera vez ese día? -Le dije y sonrió-. Por supuesto, no es una obligación hacerlo...
-Me encantaría. -Interrumpió-. Y así me das tiempo para pensar en una forma de sorprenderte a ti también.
Nos miramos un momento, hasta que sonrió y se movió en la cama, sorprendiéndome con sentarse encima de mí, en mi cadera. La miré sorprendida, en especial porque yo estaba acostada en la cama y me miró mordiendo su labio, viéndose muy sexy.
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