CAPÍTULO 3, Versión 1 [2020]

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Tenían que estudiar los cielos nocturnos con los telescopios cada lunes a media noche, y aprender los nombres de las diferentes estrellas y los movimientos de los planetas. Sin dudas algunas, Astronomía era la asignatura que a Lionel más paja le daba asistir; cada que tenía una oportunidad se escaqueaba de asistir a dicha clase, y no es que su profesora, Aurora Sinistra, le agrade mucho.

Tres veces por semana iban a los invernaderos de detrás del castillo a estudiar Herbología, con una bruja pequeña y regordeta llamada profesora Sprout, aprendían a cuidar de todas las plantas y hongos extraños y a descubrir para que tenían que utilizarlos.

Pero la clase más aburrida para todos, sin duda, era historia de la magia, la única clase dictada por un fantasma.

El profesor Flitwick, que era quien impartía encantamientos era un brujo diminuto quién tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Al comenzar la primera clase, y cuando vio el nombre de Lionel, le sonrío simpáticamente, esto a Lionel le resultó extraño y raro, pero imaginaba que era algo que su hermano tenía que ver.

La profesora McGonagall era siempre diferente. Era estricta e inteligente, les hablo en el primer momento que se sentaron, el día de su primera clase.

—Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderán en Hogwarts, cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver.

La clase que la mayoría de estudiantes esperaban, incluyendo a Lionel, era Defensa Contra las Artes Oscuras, pero su profesor podría llegar a parecer incluso más aburrido que el propio Binns, el profesor de Historia de la magia.

—A ver qué tenemos hoy, eh Tyrion. —le decía Lionel a su gato, quién se encontraba acostado en las piernas de este, mientras se le acariciaba su regazo. —Pociones dobles con los de Gryffindor, Snape es el jefe de nuestra casa, hay que tener cuidado con lo que hacemos en su aula o nos la hará pagar.

Antes de salir, Lionel agarra un pedazo de pergamino y comienza a escribir en él:

Querido Félix:

He quedado en Slytherin, no sé si ya lo sabes, pero me parece a mí que el colegio no es tan bueno después de todo, los chicos que conocí en el expreso de Hogwarts quedaron en diferentes casas, dos en Gryffindor y uno en Hufflepuff.

No sabes cuánto los extraño, a ti, a Arlet, a mamá, y a papá... ¿Cuándo podré ir a verlos? En las vacaciones de navidad me podré quedar en el colegio, ¿no? Hay algo que me gustaría investigar y creo que ese es el mejor momento en dónde puedo hacerlo, ya que supongo que no muchos estudiantes se quedan en el Colegio en Navidad.

Dale saludos a Arlet de mi parte, y dile que la estaré esperando aquí el próximo año, si es que hay próximo...

Te quiere:

Lionel

Las clases de pociones se daban abajo, en las mazmorras. Hacía mucho más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría Sido igualmente tétrico sin todos aquellos animales conservados, flotando en frascos de vidrio, por todas las paredes.

Snape, como Flitwick comenzó la clase pasando lista, y cuando llegó al nombre de Lionel, lo miró fijamente por unos segundos.

—Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de preparar pociones —comenzó- aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varitas y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder e los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... puedo enseñarles a como embolletar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... Si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

BRIAR, UN MISTERIO ÚNICO [Borrador] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora