Se encontraba a unos centímetros de su amante mientras amargas lágrimas, fusionadas con la tormentosa lluvia, recorrían sus mejillas.
- ¿Por qué me haces esto?
Un joven e inexperto Neuvillette, de 20 años, se encontraba en su estado más vulnerable. La persona que había amado por tantos años y con todo su corazón le había fallado. Había dañado su valiosa confianza y de paso le rompió el corazón de manera irreparable.
- No seas estúpido, Neuvillette, sabes que nunca te amé. Me dan asco los hombres como tú, tan... ilusos -. escupió con descaro el hombre de pelo café frente a Neuvillette - Por lo menos esa perra me mantiene entretenido -. soltó una hiriente carcajada, dañando más el corazón del peliblanco, mientras daba pasos para alejarse.
- Espera... No te vayas, por favor... -. suplicó el menor con su voz quebrada y ojos rojos desbordados en lágrimas. Tomó el hombro del mayor con las pocas fuerzas que le quedaban, recibiendo un fuerte rechazo de vuelta.
- ¡Agh, piérdete! -. aquel manotazo dado por el hombre hizo caer a Neuvillette, quedando aún más empapado al costado de la solitaria calle, solo con un foco iluminando toda el aura de tristeza que emanaba su delicado cuerpo.
La respiración del solitario peliblanco era de desesperación pura, sentía que quería gritar y golpear todo a su paso, pero el dolor en su corazón era mayor que sus ganas de acabar con todo. Se puso de pie. Cada paso era un esfuerzo tremendo, mientras la lluvia no cesaba y se hacía cada vez más intensa, como si imitara los sentimientos del chico. Todo en ese día parecía ir en contra de él, y lo recordaría como el peor día de su vida.
Aquel fatídico día marcó por completo la vida de Neuvillette. El amigable y adorable chico enamorado, que fue, se prometió a sí mismo nunca volver a enamorarse ni a entablar ningún tipo de relación con ninguna persona, en definitiva no quería volver a sentir lo que sintió. Esta es la razón por la que no tenía amigos ni cercanos, incluso habiendo pasado 12 años, e incluso teniendo que convivir con personas todo el día en su trabajo como juez.
Pero había algo que le llamaba la atención. Ese amable guardía que lo saludaba cada mañana de forma tan educada con una gran sonrisa en el rostro, y que notaba siempre mirándolo, sin dudas le parecía curioso. Además de que desde el puesto de juez supremo podia observar como siempre dormía apoyado en esa horrible pared, que hasta hacía que se viera cómoda. Neuvillette solo suspiraba y reía internamente por todas esas adorables escenas que se le presentaban cada día.
Se aproximaba el fin de semana, era un día viernes para ser más exactos, y una inesperada invitación a tomar café le modificó su ida a casa a descansar. Quién pensaría que por una simple decisión diferente tendría minutos después a un pelinegro confesándole su amor en una pintoresca cafetería. Ese día había decidido no salir por la puerta trasera del tribunal.
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Tribunal De Amor | Wriolette
RomanceWriothesley, guardia del tribunal donde trabaja Neuvillette, de quien se encuentra perdidamente enamorado. - Historia original. - Capítulos cortos. - No sé cómo sea el transcurso de los hechos, solo escribiré lo que se me vaya ocurriendo TOT