El escapé ||Yandere Simulator

Capítulo 3

"El fin del silencio"

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Ayano POV

Tenía ocho años cuando hice mi primer amigo. Lo había pasado mal en el colegio.
A veces culpaba a mi vida familiar de ello, pero en última instancia era mi propia extrañeza.

Yo no era como los demás niños.

Era callada, reservada y vacía.

Era inmóvil, podía estar sentada en mi pupitre durante horas, sin moverme, y no me inmutaba.

Sufría una gran fatiga y algunos días apenas podía comer. Otros días, comía todo lo que encontraba. Era una niña rara, y los demás niños se metían conmigo por eso.

Después de un tiempo intenté fingir que era normal, pero tardé en ganarme una buena reputación. En esa etapa de intentarlo pero fracasar fue como encontré a mi primera y mejor amiga, Midori Gurin. Nadie llamó nunca normal a Midori, porque francamente era más rara que yo. Era mi opuesto en muchos sentidos. Excitable, ruidosa, hiperactiva, llena de energía y vida.

Yo la admiraba.

Era todo lo que yo quería ser.

Era una de las almas más bondadosas que he conocido, aunque un poco rara. Pero creo que algunas de las mejores personas son raras.

Midori era la única persona que podría haber estado tan cerca como para saber lo que pasaba, pero yo guardaba secretos. Se me daban bien los secretos. Después de todo, mi especialidad era el silencio.
A veces, Midori me preguntaba qué me pasaba, refiriéndose a los moratones, los cortes y la pérdida o el aumento de peso.

Ella se daba cuenta, pero yo le mentía.

A veces siento que nunca le he dicho la verdad, pero tenía que vivir una mentira. Tuve que fingir que era normal. Tuve que fingir que todo era normal en casa, conmigo, con mis padres. Considerando a mi familia, esa es una gran tarea.

―¡Yan chan!―Gritó Midori con su habitual tono alegre, sacándome de mis pensamientos.―¿Te has enterado? Nos vamos de excursión a la playa. ¿No te hace ilusión?

Genial, un episodio de playa obligatorio.

Lo último que necesito es a Midori intentando que presuma de lo que claramente no tengo.

Suspiré:―¿Ah, sí? ¿Y qué sentido tiene?

―Bueno... No es la playa propiamente dicha, pero está al lado de la playa, ¡Y podemos escabullirnos para ir a la playa!

―Vamos a ese laboratorio Saikou de la costa, ¿no?

―¡Sí! Vamos, la escuela no se dará cuenta si nos escapamos, ¡será divertido! Habrá chicos guapos, chicas guapas y agua. A lo mejor hasta podemos tomar un helado juntas y broncearnos un poco. ¿No suena divertido, Yan chan?

―La verdad es que no, pero si insistes, lo haré―Suspiré y asentí.―Vamos, tenemos que ir a clase.

Metí los zapatos en la taquilla y me puse el calzado escolar. Midori se tomó su tiempo para hacer lo mismo, parecía distraída con toda la gente que nos rodeaba.

A veces me preocupaba perderla entre la multitud, pero en realidad siempre era yo quien se perdía, no ella.

―¡Sí! ¡Tenemos que ir a comprar bañadores! Mi madre me ha dado dinero extra este mes, así que tenemos un montón para gastar en ellos, ¡Estoy tan emocionada!―Exclamó y bailó por el pasillo con regocijo.

No pude evitar reírme un poco de las payasadas de Midori mientras nos dirigíamos a nuestras respectivas clases.

Me despedí de Midori en la puerta de mi clase antes de ir a sentarme. Hice lo posible por ignorar los susurros y las miradas. Hacía tiempo que mi madre era noticia. La histeria no se había calmado del todo y, con cada vez más rumores circulando, cada vez era más difícil seguir mi día a día con tranquilidad. Añoraba los días en los que pasaba desapercibida, como un oscuro personaje de fondo en la historia de otro.