Capítulo 2

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Nuestro viaje salió tan bien como era de esperar. 

Ryoba hizo demandas y las cumplí como siempre. Quería ropa nueva, le compré ropa nueva. Quería cenas elegantes, el mejor hotel de la zona y un montón de lencería de mierda, así que, ¿adivinen qué le compré? Cualquier cosa para mantenerla tranquila y alejada de mí.

Después de un largo día haciendo esto y aquello, comprando y consiguiendo una cena bastante cara, finalmente regresamos al hotel. 

Mientras caminaba con Ryoba y mi niña hasta nuestra habitación, jugué con la tarjeta. Ryoba estaba alegre como siempre. Siempre se sintió tan inquietante. Esa sonrisa, esos ojos…Son los ojos más muertos que he visto en mi vida. 

Mirar a los ojos de mi esposa...Es como mirar dentro de un vacío de completa oscuridad. 

No es como el de Ayano. 

Los ojos de Ayano…Reflejan una profunda tristeza y confusión. No son maliciosos como los de Ryoba. Mi dulce Ayano no es un monstruo. Ella todavía es pura. Mi dulce niña…Me rompe el corazón pensar que podría convertirse en Ryoba. 

Tengo que evitar que eso le suceda a mi dulce niña.

―Cariño, parece que estás distraído.

―Oh, lo siento, Ryoba…―Me detuve mientras la miraba. 

Ella se rió y se lamió los labios.

―¡Awww! ¿Estás nervioso por los nuevos atuendos que me compraste, querido? ¡Qué lindo! Me aseguraré de modelarlo para ti está noche―Insistió Ryoba, riendo como una colegiala. 

Colegiala… 

...Un monstruo es una mejor descripción.

―Papá, me duele la mano―Dijo Ayano sin emoción.

―Querida, no seas egoísta. Mami necesita a papá esta noche―La luz de Ryoba apartó a Ayano.

Me arrodillé al nivel de Ayano y observé extrañamente la mano que sostenía. Suavemente tomé su pequeña mano suave y la miré. Estaba rojo e hinchado, como si le hubieran dado un portazo en algún momento. 

Fruncí el ceño.

―Mmm...Parece que duele, cariño. Vamos a ponerle un poco de hielo y puedes ver dibujos animados. ¿Te parece?―Le pregunte a ella. 

Asintió con la cabeza y me abrazó con fuerza. Suspiré y abracé a la niña. 

Ella es la razón por la que seguí viviendo. 
Está preciosa niña lo es todo para mi.

De mala gana, la besé en la frente y la solté para que pudiéramos entrar a la habitación del hotel. Podía sentir la furia de Ryoba irradiando de ella y hacia mí. Fue como escuchar una sirena. Sin embargo, me hice cargo de Ayano y le puse su caricatura favorita: "La familia de los gatos". Sostuvo sus juguetes favoritos en su brazo libre mientras miraba la televisión en la sala de estar de la habitación del hotel, mientras tanto Ryoba me empujaba hacia la habitación. 

Parecía mucho más agresiva…Mucho más enojada.

―Vamos, cariño, presta atención a mí, Ayano estará bien.

―Solo me estaba asegurando de que ella estuviera bien.

―¡Ni siquiera pienses en ella, piensa en mí!

―¡Ni siquiera pienses en ella, piensa en mí! ¡Está muerta! ¡Es una jodidamente inútil!―Ryoba gritó y sacó un cuchillo. 

Me estremecí y la miré.

―¡¿Mitsuki-chan está muerta?!

Ryoba se rió y abrió el piso del sótano. Debajo del suelo yacía una colegiala, acurrucada en el suelo. Obviamente, había estado muerta por un tiempo, un poco antes de que yo llegara al sótano un mes antes. 

Sentí todo el calor salir de mi cuerpo y mis ojos se abrieron con horror. 

Esta chica...No, este monstruo.

Era una asesina. 

Ella me tenía cautivo. 

Ella podría matarme.

―Cariño, ¿Por qué no me estás prestando atención?―Ryoba me abofeteó enojada.

―Lo que quieras, querida...Lo que quieras es tuyo.

Ryoba se iluminó como un Tokio por la noche y me dio un beso en los labios.

―¡Oh, me encanta cuando dices eso, cariño!

El escapé ||Yandere SimulatorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora