Capitulo 1

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Spencer O'Connell

Me levanto por la alarma de mi teléfono , lo levantó de la mesita de noche y maldigo internamente porque nuevamente llegaré tarde, me doy la vuelta y siento a alguien a la par y me doy cuenta que la rubia con la que estuve ayer en el bar aún sigue aquí me levanto de mi cómoda cama  y voy al baño a hacer mi aseo personal ovbiamente me baño y salgo, al salir puedo observar como la rubia aún no se va.

–– Pensé que nos bañaríamos juntos –– dijo la rubia con la voz dulce poniéndose de pie y llendo hacia mi dirección abrazándome por detrás.

–– No te hagas ilusiones sabes que tu y yo no somos nada apenas te conocí ayer en el bar –– contesto de mala gana pues aunque todos creyeran que soy un chico "tímido" por tener un IQ de 180 e incluso me consideren una "wiquipedia" andante por mi sabiduría soy hombre y tengo mis necesidades.

Solo por ello había dejado de soltar mis curiosidades cada tres segundos, por el hecho de que las personas podían llegar a considerarme insoportable.

–– Pero pensé que después de lo de ayer –– la corto de inmediato con mis palabras.

–– ¿Ayer que? Solo fue una noche y ya, ya te puedes ir, ni siquiera me se tu nombre –– dije cortante y no suelo ser haci con las mujeres pero tipas como ella que se van a casa de hombres sin ni siquiera conocerlos da mucho que decir. –– además pareces una cría ni siquiera puedes agarrar un miembro entre las manos, deberías darme las gracias porque te folle sin tenerla parada.

–– Eres un gran idiota, espero no tener que verte de nuevo –– dijo vistiéndose mientras una que otra lágrima salía de sus esferas verdes. –– ni que follaras tan bien

–– ¡Oh! Cariño créeme que si hubiera deseado o si tan siquiera hubieras puesto de tu parte de habría destrozado el coño, pero tan solo eres una niña mimada en busca de atención –– solté mientras a pasos lentos me acercaba a la chica que por mero instinto retrocedío hasta chocar con la pared

Coloque ambas manos a sus costados dejándola acorralada, para luego posicionar una mano en su cintura haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo. La acerco a mi de forma brusca haciendo que sus pechos chocarán con mi abdomen, le devoró la boca literalmente haciendo que suelte un jadeo en mis labios en el momento en que azotó su trasero, introduzco mi lengua en su cavidad bucal iniciando un vaivén brusco como me gusta, me alejo de ella y la observó detalladamente.

Sus pupilas se encuentran ligeramente dilatadas con la respiración hecha una mierda. Los labios los tenía un poco hinchados pero no demasiado.

–– Si dices que no soy bueno follando ¿Porque carajos estás tan agitada?

––Follame plis –– suplico intentando volver a juntar nuestros labios pero la evado siguiendo con lo que estaba anteriormente.

–– No, sigues siendo una pequeña niña que no sabe controlar la calentura.

–– Por favor –– suplico

––No, ni siquiera con ese beso lograste causarme una erección –– la observó nuevamente y puedo ver el como de sus ojos brotan lágrimas –– vete, no quiero sacarte a la fuerza.

–– Ya lo estás haciendo.

–– Si te estuviera sacando a la fuerza, ya estuvieras tirada en la calle desnuda... Así que aprovecha mi buen humor y vete por tu propia cuenta.

Cuando me di cuenta la puerta de salida dio un portonazo indicando que salió de mi departamento, para eso yo ya me encontraba haciendo de que desayunar para mí.

El fuego de la mafia:el despertar del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora