Capitulo 21

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Jackson Hewitt .

TU FRAGANCIA ME HACE DELIRAR, MALDECIR E INCLUSO GEMIR, SOLO POR TI AMORE MATARÍA, SOLO POR TI GEMIRIA.

–es la quinta vez en este mes Hewitt.–escuche hablar con sarcasmos a Olivia, la líder de la baja mafia negra. Una de las más peligrosas luego de la rusa.–¿Acaso ya eres el líder ruso.? Porque de ser así tendríamos que hablar de algunas cosillas… a solas.

–Megan sigue al mando, no te emociones.–escuche como bufaba bajo mientras daba vueltas en su silla giratoria.

–Adler es una terca de primera… no tardará mucho en darse por vencida.–chasqueo los dedos haciendo que uno de los mayordomos le diera una copa de vino.

Me encontraba en su guarida secreta, al sur de Francia. Necesito información sobre Enzo y solo ella podría dármela.

–¿Y que te trae aquí.? Porque dudo mucho que sea por fines íntimos.–y ahí estaba el problema con ella. Siempre que tenía la oportunidad se me insinuaba con descaro; aun sabiendo mis sentimientos por Megan lo hacía.

Suspiré pesadamente cuando acomodaba su corta melena con ese flequillo que a más de uno había hecho delirar. –lástima que yo sea la excepción.– su piel morena y ojos marrones hacían contraste con su cuerpo, muy bien definido, gracias al ejercicio que practica en las fuerzas armadas.

–necesito información sobre alguien en específico.

–oh, suelta la sopa, ¿Quién se metió con tu pequeño retoño.?

–Spencer O’Connell.

–vaya…–soltó un silbido mientras ensanchaba una sonrisa.–el primogénito de los O’Connell cabo su tumba al meterse contigo.–abrió su laptop mientras tecleaba rápidamente.–algo que siempre he admirado de ti, es el hecho de que nunca te doblegas ante nadie…, los haces ver el puto infierno sea o no sea necesario. No te compadeces de tus presas… eso es algo que necesito, un hombre valiente, leal, fuerte, pero sobre todo sin compasión.

–Olivia.–advertí. – sabes que mi respuesta es no.

–necesito un arma nuclear que está escondida en un submarino alemán, al norte de la Antártida…
–ya sabía que había una trampa…

–quieres saber de Spencer O’Connell… tráeme el arma.

–no quiero saber de él, quiero aniquilarlo junto a su padre…

Trago duro al notar que lo que le pedía era distinto a los demás favores que me había hecho anteriormente, muy distinto.

–estas hablando de aniquilar un legado completo.–formulo con la vista perdida en su computador. – sin Enzo, habría desequilibrio. Por muy malnacido que sea, es parte fundamental… es como un pilar.

–al igual que la mafia rusa y la Yakuza.

–espera, no estás entendiendo la gravedad de lo que me pides… debemos discutir esto en la suprema corte.

–me estás pidiendo que convoque una maldita reunión de categoría roja, para algo que puedes solucionar tu.

–me estaría echando la soga al cuello. –murmuró.– tendría a todos encima. Me harían trizas.

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⏰ Última actualización: Jun 17 ⏰

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El fuego de la mafia:el despertar del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora