Capítulo 2

80 14 0
                                    

Habían transcurrido dos semanas desde que empezaron las clases. En los trabajos estaba en su mayoría con Jihyo o Nayeon. Los días en la escuela eran muy normales. Ellas como siempre habían soñado, terminaron siendo las más respetadas. Claro, si tus amigos eran Minho, Daniel y Christopher, por supuesto que nadie se atrevería a molestarte.

Lo único era esa chica, Minatozaki Sana, de quien, sorprendentemente, Tzuyu aún recordaba el nombre completo. Ella veía como algunos chicos de quinto la fastidiaban; le daba igual, pero aún no comprendía como la pelirosa soportaba tantas burlas.

Nunca la veía comer en la cafetería durante los almuerzos. Ella y sus compinches, Rosé y Nayeon fastidiaban de vez en cuando al dúo de la raritas. Solo cuando estaban extremadamente aburridas o algo así, solo que la pelirroja estaba aburrida casi todo el tiempo.

-¿Qué piensas? -preguntó Jihyo junto a ella.

Estaban en la cafetería, sentadas en la mesa de la esquina con sus amigos.

-Nada, solo que ya van casi tres meses que no hablábamos -no hizo falta que dijera a quién se refería, Jihyo entendía.

-Descuida, volverán a hacerlo. Él te quiere -acarició su espalda, consolándola.

-Dudo eso -se lamentó.

-¿La rara ahora tiene una nueva amiga? -escuchó decir a Daniel; él estaba jugando a darse golpecitos con Minho.

Muy maduros de su parte.

Todos vieron atentamente, Tzuyu abrió los ojos al ver a la chica Rubia y a la castaña llegar acompañadas de Minatozaki Sana.

Estaban hablándole muy amables y, por primera vez, la castaña veía a Sana sonreír un poco. Parecía muy cómoda con ese par de inadaptadas.

-¿Cómo se llamaba esa niñita? -preguntó Minho, viendo un poco desinteresado a la rubia.

-Jeon Somi -respondió Jihyo y todos voltearon a verla. Ella se encogió de hombros. -¿No querían saber?

-¿Quién? -preguntaron todos. Tzuyu no recordaba muy bien a ninguna Jeon Somi. Jihyo rodó los ojos, claramente irritada de que nadie estuviera enterado de nada.

-La fenómeno, la rubia alta-volvió su atención a su comida, los demás dejaron de mirarla menos la castaña.
¿Cómo recordaba su nombre? Puede que Jihyo fuera mejor con los nombres que ella, ¿verdad?

-Yo me refería a la otra, la japonesa- apuntó Felix.

-Minatozaki Sana -esta vez todos miraron inquisitivamente a Tzuyu; ella se removió incomoda por la atención extra que le daban.

-¿Tú cómo sabes? - Jihyo parecía estar mirándola con sospecha, ella sabía que su mejor amiga era una asco con los nombres.

-Ehh... -vamos, Zhou, piensa. Utiliza tu hermosa cabecita, se dijo-. Estamos en varias clases juntas.

Para todos fue una explicación suficiente y volvieron a sus asuntos. Jihyo asintió un poco dudosa pero otra vez retomó su conversación con Rosé.

Después de varias clases, en el pasillo la castaña iba caminando con Rosé y Jihyo a sus lados, cuando volvió a verla; era la rarita de cabello rubio con Minatozaki Sana, otra vez.

Estaban frente al casillero que parecía de la rubia mientras hablaban. Sana parecía estar riendo por algo que le decía la mayor. Su sonrisa era dulce y Tzuyu sacudió la cabeza apartando esos pensamientos. Por alguna razón la presencia de Minatozaki Sana le irritaba un montón; quería ir y dejárselo en claro.

-Eh, Rosé, raritas a las doce -dijo la castaña, señalando con la barbilla a Sana y la rubia.

Rosé siguió su dirección y las encontró, río un poco mientras las dos se adelantaban. Jihyo iba tras ellas observando curiosa la escena.

Rivales | SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora