Capítulo 13

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-¿No estuve fantástica? -Jihyo peinaba su cabello recién lavado.

Estaban terminando el entrenamiento esa tarde. Jihyo lucia muy feliz y ya casi la castaña podía adivinar porqué tan animada. Jeon Somi, la rarita, estuvo toda la tarde en las gradas viéndolas entrenar, apostaba que solo fue por la coreana. Tzuyu no quería hacer suposiciones, pero creía que su amiga estaba un poco animada por eso. Ellas no habían vuelto a tocar el tema de aquel día en la enfermería, ya que cada vez que intentaba insinuárselo a Jihyo, ella cambiaba de tema o huía. Por esa razón Tzuyu se sentía un poco frustrada.

-No mejor que yo, Park -asintió con aire superior para fastidiar a su amiga.

Estaban cambiándose y Jihyo solo vestía unos short con una camiseta de tiras. ¿No tenía frío? Tzuyu prefirió llevar un jersey y una falda, tacones y maquilarse, por supuesto.

-¡Ja, ja, qué graciosa eres, Tzuyu! -la pelinegra le lanzó la toalla.

Terminaron de arreglarse y salieron a esperar a Minho y a Daniel.

Nayeon y Rosé ya estaban afuera, esperándolas y las recibieron con una noticia.

-¿A dónde vamos? -preguntó Nayeon, últimamente parecía un poco más feliz de lo normal.

-La pizzería. No escuché muy bien a Kang -la castaña sonrió mientras ladeaba la cabeza.

Jihyo le dio un golpecito amistoso con su hombro.

-Claro, ¿cómo van las cosas con Minho? -le preguntó pícaramente.

-¡Cierto! Ya llevan varias semanas saliendo. ¿Ya son algo? -Rosé le dio un guiño y Tzuyu vio al suelo incomoda.

Durante este mes había empezado a salir más seguido con Minho. Varias citas al cine o a tomar algo, no eran muy serias o al menos para ella. No les podía confesar a la chica la razón de sus acciones. Bueno, en realidad eran dos, aunque la castaña intentaba negárselas, la primera era porque al parecer, a Sana le gustaba Minho, siempre la pillaba mirándolos con cierto enojo cuando Tzuyu estaba con el chico, cosa que le hacía rabiar. Por esa razón salía con él, para hacer sufrir a la pelirosa por querer a alguien tan tonto como Minho y la segunda (muy ridícula para la opinión de ella) era que intentaba distraerse con otro chico para dejar de pensar tanto en Sana. Últimamente era así, no podía ni dormir tranquila preguntándose qué estaría haciendo la pelirosa o si estaba bien o algo. Era un asco sentirse así.

-No hay nada, creo -sonrío débilmente.

Pero sus amigas no lograron decir nada cuando llegaron los chicos.

Minho le dio un beso juguetón en la mejilla a Tzuyu. La chica se sonrojó al escuchar las risas burlonas de sus amigas y meterse en el convertible de Daniel enojada. A veces ellas podían ser tan inmaduras.

El resto del viaje fue típico, charlas, bromas, Jihyo pretendiendo tener frío para que Daniel le diera su chaqueta del equipo. Lo normal.

¿Por qué no puedes dejar mi cabeza en paz, Minatozaki Sana?, se preguntó enojada al darse cuenta que otra vez volvía a pensar en los ojos café. Ya, Tzuyu no podía sentirse así de rara, debía hacer algo. Lo mejor que podía hacer era huir, intentar sentir lo que sentía por Sana con otra persona.

-¿Minho?- llamó al chico mientras todos hablaban.

Minho estaba sentado con ella atrás, ya que Jihyo ocupaba el puesto de copiloto.

-¿Sí, preciosa? -sonrío encantador.

Tzuyu hizo un puchero abriendo los brazos para que la envolviera en los suyos.

Rivales | SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora