Capítulo 6

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Cómo venganza poética de su último encuentro, Tzuyu se había encargado de hacerle la vida imposible a Sana y su grupito. Esta vez, para la sorpresa de Tzuyu, con ayuda de Jihyo, quien no paraban de pelarse con la rubia e insultarla. No sabía qué era lo que tenía tan enojada a Jihyo pero lograba que fuera una perra con todo el mundo; le agrada en cierta forma.

Hoy fue un día especial, era la primera vez que estaba en una clase sin sus amigas. No era un problema, ya que todo el mundo parecía querer hablarle. Lo importante era que estaba en la clase junto con Sana, la pelirosa también estaba sin sus dos guardaespaldas, era una oportunidad perfecta.

Sana estaba con su movil, sonreía a la pantalla y la incertidumbre de la castaña por saber quién era, la estaba desquiciando. Fue hasta su mesa y observó la pantalla sobre el hombro de la pelirosa, estaba charlando con la tal Soki. Hablaban sobre lo emocionante que sería el día de hoy. ¿Qué sucedía tan divertido? El simple hecho de que fuera la rubia quien ocasionaba las sonrisas de Sana la irritaba.

-Vaya, ¿por qué la sonrisa tonta, Minatozaki?- dijo, quitándole el móvil mientras lo alzaba para que Sana no pudiera tomarlo.

-No... Dámelo, es mío- la chica de ojos marrones intentaba agarrar el aparato, pero Tzuyu se hacía más de puntillas mientras reía.

–Vamos, chaparra, quítamelo si puedes- estaba muy cerca de Sana y la pelirosa no parecía consciente, solo quería su móvil.

Sana se apoyó de la mesa para alzarse en puntillas; extendiendo el brazo e intentando alcanzar la mano de Tzuyu. No notó que al hacer eso su rostro quedaba muy cerca de la castaña.

¿Pero qué hace tan cerca? Tzuyu se preguntó. Pero a pesar de todo no apartó el rostro. Sana estaba bufando un poco rendida. Volvió a alzarse quedando nuevamente cerca, pero al sentir el aliento de Tzuyu en su nariz ya fue consciente de su cercanía.

-Yo...-se alejó de la castaña unos pasos, mirando a los lados antes de bajar el rostro; pero no sin antes dejar ver a Tzuyu su adorable sonrojo.

Tzuyu no quería sentirlo, pero su pulso se aceleró felizmente por la reacción de la pelirosa. También por el reciente acercamiento entre ellas dos. Idioteces, no fue por ella. Será otra cosa. Sonrió con suficiencia mientras le lanzaba el movil. Con los pocos reflejos que tenía, Sana atrapó el aparato en el aire mirando con precaución a cualquier movimiento de Tzuyu.

-Eres muy patética, Minatozaki. Ya no me interesa mucho leer tus inútiles mensajes- dijo, alejándose de la miedosa chica para ir nuevamente a su asiento.

El resto de la clase, inevitablemente, estuvo observando la espalda de Sana. Su cabello parecía largo y suave, estaba bajo un pequeño gorrito de lana de color beige que le había visto varias veces, era lindo.

Después de clases, fue con Jihyo a su casa. Por alguna extraña razón su amiga no quiso asistir hoy a la biblioteca.

-Necesito un descanso —dijo, como excusa del porqué faltó a la tarde de estudio- ¿Podemos salir hoy, hacer algo divertido?

Jihyo preguntó con ojos de perrito que sabía que lograría convencer a la castaña.

-Vale, lo que tú digas- dijo riendo, mientras chateaba por su grupo de amigos.

Después de cuadrar con algunos chicos, Nayeon llegó a su casa; fueron las tres juntas hasta el centro comercial y se encontraron con Daniel y Minho.

-¿Cómo está mi pelinegra favorita? —dijo Kang mientras rodeaba la cintura de Jihyo con un brazo.

-Creo que te referirás a otra pelinegra favorita, porque yo no soy tuya, cariño- dijo, apartándose delicadamente. Una sonrisa coqueta jugaba en los labios de Jihyo.

Rivales | SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora