Pronto me rogarás que te ame

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Olive Restaurant

Freen y Becky llegaron al restaurant. Durante el resto del camino estuvieron en silencio. Por la cabeza de Becky solo pasaba una y otra vez el momento en que Freen estuvo a punto de besarla. No había tenido esa sensación tan fuerte desde hacía 10 años. ¿Qué maldito hechizo le había puesto Freen? Si ella supiera que nunca más ha sentido ningún tipo de deseo por nadie más. Si tan solo supiera que esa noche fue la más importante de su vida y que le duele una y otra vez el recuerdo de cómo para Freen fue solo una noche más. Ni siquiera le importó que fuera su primera vez. ¡Qué le iba a importar! Si desde el principio la engañó, la engatuzó con palabras bonitas que la enamoraron de una manera irreal, que calaron hasta el alma y que se quedaron en ella hasta ahora... no... no era posible que siguiera enamorada. No después de tantos años y menos después de darse cuenta que se enamoró de una fantasía. Le atraía fisicamente... pero igual, le atraía a todo el mundo. Hoy lo comprobó. En pocas horas tenía rendidos a sus pies a hombres y mujeres que iban cayendo a su paso.

El sonido de un mensaje que llegó a su móvil la sacó de sus pensamientos. Se dio cuenta que habían llegado al restaurant y Freen estaba terminando de estacionar el auto.
Leyó el mensaje.

- ¡Vaya! La insoportable de tu secretaria me está pidiendo un reporte sobre mi trabajo este último año. Para lo antes posible, a pedido de su idolatrada jefecita, su amorzote la señora Sarocha.

- ¿Te ha escrito todo eso? - preguntó Freen no entendiendo la ironía de Becky.

- No, solo lo del reporte. El resto lo deduje porque claramente es otra que cayó ante el embrujo Chankhima - dijo Becky fastidiada.

- Ja, ja, ja. Debes ser menos evidente cuando te pones celosa, Beck. Si sigues así, creeré que tú también estás bajo "el embrujo Chankhima". - dijo divertida Freen, haciendo con los dedos la señal de comillas a la última frase. - Sí le pedí el reporte. Debo saber qué es lo que hacen todos en la agencia.

Becky estaba roja como tomate e hizo una nota mental de no darle armas a Freen para burlarse de ella y la principal es dejar de evidenciar que está celosa por todos. Incluso su amiga Irin iba babeando detrás de la "bomboncita".

- Y te recuerdo, aunque no te guste, que yo soy tu jefa, así que en cuanto antes necesito ese reporte ¿estamos?

- Pensé que no te gustaba que te digan jefa porque no eras ninguna gángster. - señaló Becky sarcástica - pero... no se preocupe señora Sarocha. Lo tendrá al final del día.

Salieron del auto y entraron al restaurant. Saint y Heng ya estaban por la segunda copa y estaban bastante "alegres".

- Se perdieron por el camino.- preguntó en tono divertido Heng

- Disculpen la demora. Conduzco lentamente.

- No hay problema, ordenemos. ¡Mesero! - llamó Heng - una botella del mejor champagne y tome el pedido de las señoritas.

- Señora Sarocha - dijo fastidiada Becky, aunque Heng no le hizo caso.

Brindaron por la negociación y almorzaron deliciosamente. Heng demostró ser un tipo realmente genial y al término de la segunda botella hasta a Becky le estaba cayendo muy bien. Heng pidió una tercera botella y ya todos reían y disfrutaban de la velada. Becky se acercó al oído de Freen para decirle algo.

- Dile la odiosita de tu secretaria que hoy no tendrá ningún reporte - el susurro de Becky en la oreja de Freen le erizó la piel.

- Ah sí. - respondió también Freen al oído de Becky quien sentía cosquillas al roce de sus labios - Será mejor que no sigas tomando, no quiero llevarte cargada hasta tu casa.

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