Ascensor de Creativity
Freen respondió al beso con la misma intensidad que Becky la besaba. La necesitaba más de lo que quería aceptar y el simple roce de sus pieles era como el alimento del que podría vivir toda su vida.
Las manos de Becky tomaron vida propia y empezaron a explorar dentro de la blusa de Freen. Subían por su cintura hacia sus senos, dejando a su paso miles de espasmos de placer. Becky sentía vibrar la piel de Freen en sus dedos y su boca prosiguió brindándole explosiones de goce cuando se apoderó de su cuello.
Freen estaba a merced de las caricias de Becky pero un mínimo instante de lucidez hizo que se separara de ella. Fue rápidamente hacia los controles del ascensor y lo puso en marcha nuevamente.
- No, Beck. Esto no puede ser - dijo Freen tratando de recuperar el aliento.
- ¿Por qué negarte a disfrutar de lo que sientes? Lo siento pero yo no voy a volver a cometer ese error - dijo Becky yendo hacia los controles y volviendo a detener el ascensor.
- ¿Estás loca? - dijo asustada Freen por la abrupta parada del ascensor.
- Si luchar por el amor de mi vida es estar loca, pues asumo mi locura. Y no vamos a salir de aquí hasta que me vuelvas a aceptar.
Becky intentó detener el ascensor mientras Freen volvía a ponerlo en funcionamiento. Esta lucha infantil se repitió varias veces. De repente un fuerte sonido, seguido del apagado de las luces hizo que el ascensor dejara de funcionar.
- ¿Viste lo que hiciste? - dijo molesta Freen.
Becky no respondía, el ascensor estaba totalmente a oscuras y no podían verse.
- ¿Beck?... no me asustes - suplicó Freen.
Pero Becky seguía sin responder. Entonces Freen sacó su celular y prendió la luz. Becky estaba sentada en el suelo respirando con dificultad. Lo que hizo entrar en pánico a Freen quien se arrodilló frente a ella.
- Beck, respira profundo - dijo Freen sin éxito.
Becky estaba hiperventilando y Freen juntó sus frentes, haciendole cariños en su rostro hablándole en susurros.
- Cierra tus ojos despacio y solo escucha mi voz. - dijo Freen apagando la luz de su móvil.
Becky abrazó a Freen por la cintura, buscando apoyo y tranquilidad.
- Inhala y exhala - continuó Freen. De alguna manera, este ejercicio de respiración también la tranquilizaba a ella.
- Tengo miedo - dijo Becky con voz temblorosa.
- Tranquila, mi amor. En cualquier momento nos sacan de aquí - le susurró Freen con la frente aun pegada a la de ella.
- Tengo miedo de que tú no me vuelvas a querer. - suspiró Becky, sintiendo que un nudo se formaba en su garganta al escuchar que Freen le había dicho mi amor - tengo miedo de haberlo arruinado todo contigo.
Este era,quizás, el momento más íntimo que habían tenido hasta ahora. Las caricias de Freen hacia Becky iban de su rostro al cuello y la nuca, mientras que Becky acariciaba la cintura de Freen, ahora debajo de la blusa. Sus alientos chocaban mientras se intensificaba la velocidad de sus respiraciones. No era solo deseo lo que las atraía. Sus cuerpos se necesitaban, se deseaban, se amaban.
- Nunca voy a dejar de quererte, Beck. - habló Freen con voz entrecortada en parte por las sensaciones que le provocaban las caricias de Becky y en parte por la emoción de este momento tan intenso entre ambas.
- He tenido unas cuantas parejas a lo largo de mi vida pero eres la única persona a la que he amado de verdad - prosiguió Freen.
- Yo... - dudó Becky en seguir hablando - yo no tengo con quien compararte.
Un breve silencio las envolvió. Becky dudaba, algo avergonzada en seguir hablando mientras Freen sospechaba a qué se refería Beck, aunque pensó que eran ideas suyas.
- Yo nunca he tenido pareja... nunca he estado con nadie. Solo tú - dijo por fin Becky, resuelta a no tener más secretos con Freen.
A pesar de que la oscuridad ocultaba el intenso rubor que entojeció las mejillas de Becky, Freen se dio cuenta por la voz tenblorosa que Becky estaba avergonzada tras contarle esto.
- ¿Nunca has estado con nadie más?
- Quizás eso era lo que me hacía "odiarte". Nunca fui capaz de interesarme en nadie más, nadie me atraía. Ni hombres ni mujeres. - enfatizó Becky - han sido 10 años muy solitarios.
Freen repasó mentalmente cómo fue su vida amorosa luego de Becky: A Melissa la conoció en la universidad. Se hicieron amigas rápidamente y cuando le contó su historia con Beck, cambió de actitud hacia ella y Melissa empezó a coquetearle. Nunca le atrajo, sexualmente hablando, pero tuvieron algunos encuentros que jamás fueron satisfactorios. Terminó esa relación sin que en realidad haya empezado.
Caso contrario a lo que sucedió con Rose. Era puro fuego y pasión pero le faltaba ese no se qué para hacerla sentir feliz. Tenían una relación abierta, tan intensa como vacía, que terminó tan rápido como empezó.
Estaba destinada a no tener una relación estable. Hasta que Heidi y ella iniciaron un romance que empezó como un juego. Ellas habían sido las mejores amigas por años y se quieren, incondicionalemente. Al principio tonteaban a ser amigas cariñosas y con derechos hasta que formalizaron. Por fin Freen pensó que tenía su vida amorosa encaminada. Luego, por culpa de una estúpida que se atravesó en su camino, terminaron y Freen sintió fuertemente este rompimiento. Pero no fue hasta que volvió Beck a su vida que se dio cuenta que solo había amado realmente una vez en la vida: a ella.
Aunque el ataque de pánico de Becky había desaparecido, seguían con las frentes pegadas y acariciándose dulcemente y con los ojos cerrados. Solo se oían sus respiraciones, ahora tranquilas. Era una nueva etapa en su modo de encerrarse en una burbuja: darse tranquilidad mutuamente y generarse un espacio seguro. Ambas sentían que jamás se habían sentido tan en paz y aunque no se lo dijeran, sabían y sentían que una relajaba a la otra.
De pronto un ruido las separó bruscamente y un halo de luz las iluminaba desde arriba.
- Hey, ¿quiénes están allí? - gritó Engfa desde arriba.
- Somos Beck y yo - respondió Freen.
- ¿Están bien? - preguntó ahora, Charlotte un tanto preocupada.
- Ya sáquennos de aquí, por favor - gritó Becky quien estaba volviendo a tener un ataque de ansiedad.
- Tranquila Beck, estoy contigo - susuró Freen tomándola de la mano.
- No me voy a tranquilizar. Sé muy bien que cuando salgamos de aquí todo será como si nada hubiera pasado.
- Dame tiempo, por favor. - suplicó Freen.
El ascensor empezó a moverse hasta que llegó al nivel donde estaban Engfa, Charlotte y dos hombres de mantenimiento.
- ¿Por qué no accionaron el botón de alarma? - preguntó uno de los hombres.
Ninguna supo que decir. Todo fue tan rápido y ambas se quedaron ensimismadas en su mundo que olvidaron presionar la alarma.
Becky caminó cabizbaja hacia su oficina sin decir palabra alguna y, a pesar de que Freen quería seguirla, prefirió darle un espacio. Era lo mejor para ambas.
Charlotte se dio cuenta de que Freen no quitaba la mirada a Becky, viendo como se perdía por el largo pasillo.
- ¿Estás bien?
- No fue gran cosa. Solo se detuvo el ascensor por unos minutos. No pasó nada - respondió sin ganas Freen sin dejar de ver a Beck.
- No me refiero a eso. Me refiero a... - dijo Charlotte haciéndole una seña hacia donde se había ido Becky. - ¿están bien?
- No lo creo.
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Un capítulo chiquito pero mañana actualizo.
Falta poco para terminar esta historia.
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Encontrarnos TÚ y YO
RomansaBecky es una mujer de 28 años, trabaja en el área de finanzas de la más prestigiosa agencia de publicidad del país. A pesar de ser guapa, cara de muñeca como dice su mejor amiga Irin, y que nunca le han faltado pretendientes, nadie le conoce un novi...