19. Preparando la jaula.

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Aunque "san profe" no desperdiciaba oportunidad para sacarme de clase, ponerme investigaciones extra, dejarme en ridículo frente al grupo, y separarme de los equipos en los que Becky estaba para trabajos de la materia, mi hígado se retorcía, pero yo ya tenía una vida entera de práctica recibiendo torturas, y siempre era una de mis sonrisas la que el tipo obtenía en respuesta.

No podría decir que fue un sacrificio, pero, después de dejar a Becky en la parada de autobús, ir a hacer religiosamente mis tareas y volverme casi una "estudiante genio", mis actividades se basaban en descubrir cualquier punto débil de ese tipo., por tanto, aunque siempre conté con el respeto y reconocimiento de muchos en la facultad, tuve que esforzarme un poco más... Poner a Becky a estudiar hasta sacar mejores notas y ahora ser yo quien la obligaba a no faltar a clases, había "ciertas" actividades en las que yo estaba, de las cuales ella no sabía en su totalidad, o al menos, yo evitaba hacerla presenciarlas.

La mayoría de veces lograba escapar de el gnomo cuatro ojos ese (igual a mí de miope jajaja), y asistía a presenciar mis partidos de fútbol, o a las fiestas de grupos en la muy reconocida palapa que se rentaba para festejos regulares. Hasta parecía extrañarse de no verme participar en los retos de shots, ya que, un par de veces me tuvo que llevar al departamento en calidad de bulto los primeros semestres, mientras yo le platicaba de unicornios, códigos Fibonacci y gatos negros jugando con algodones de azúcar hechos con geometría perfecta. No, este semestre yo bebía dos o tres tragos, la llevaba a la parada de autobús, y a veces regresaba, cuando había indicios de información valiosa para por fin amarrarle las manitas al animalito ese. Inclusive, tuve que seducir a un par de chicas para sacar información, aunque la mayoría la obtuve de mi hermoso y adorado equipo de fútbol.

Sí, entre más reconocimiento y respeto (ya me habían invitado a formar parte de la mesa directiva de alumnos, y encantada, acepté), más me machacaba con carga extra y burlas el "san profe", y particularmente había días en los que rabiaba con mi sonrisa cínica, cuando miraba a lo lejos que yo le cargaba la mochila a Becky y ella sonreía muy roja, pero mirándome orgullosa, levantando la ceja, siguiendo la broma cuando varios compañeros me gritaban ¡¡¡"gobernada"!!! (¿O estoy mal, o disfruto los insultos realmente?).

Los amigos cercanos sabían que ella y yo habíamos retomado nuestro noviazgo, pero no soltaban prenda cuando eran interrogados por "san profe". Seng wichai era el nombre del cornudo!.

Cambió de estrategia y empezó a enviar espías a las fiestas... Espías que, si yo no detectaba, mis amigos sí, yo enteraba a Becky del asunto, y el tipo nunca tuvo evidencia real, sólo una muy tormentosa cuando llegaba a enterarse que, o nos habíamos retirado de la fiesta muy temprano bas, o que en la fiesta no estuvimos, pero salimos juntas hacia mí departamento.

En un festejo de victoria ante la facultad de contaduría, mientras buscábamos junto a las vías del tren el diente que song se tiró sola al levantarse y perder el equilibrio, por fin, ¡me bajó la borrachera el ver llegar esa luz que por fin había estado esperando!.

Una de las invitadas al festejo, que iba sólo por verme, se puso intensa y comenzó a acariciar mi espalda y luego mis piernas. Le sonreí coqueta pero sin aflojarme mucho., me preguntó si realmente Becky y yo éramos pareja, le respondí con otra pregunta, me dijo que últimamente me había visto muy mansa y fiel, y que por eso todos decían eso, pero que no valía la pena por que ella andaba con un profesor y todos lo sabían!. Tranquilicé mi coraje y me pasé mi grosera respuesta con una bebida que tomé completa sin separar el vaso plástico de mis labios... Y luego lo dijo: -"Además, no es la única novia del profe, al parecer ya tiene rival, se llama Engfa y va en séptimo de agronomía!., sería bueno que me dieras la oportunidad de..."-.

-"Te adoro!!! Gracias, pero no puedo, ya que sí ando con alguien"-. Dije después de darle un enooooorme y exagerado beso, tomar mi maleta de juego, ir hacia la capitana (yo era su sustituta, pero hasta que saliera, ya que ella era de noveno).

Una vida cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora