Capítulo 33

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Estaba mordiéndome las uñas de la impaciencia, solo esperaba a que Pierre me mandará el mensaje para salir corriendo del garage de Hass para dirigirme al Paddok Club, como todavía faltaba mucho para la carrera, Mick estaba hablando con Jess, por lo que no tenía que preocuparme.

–Sam, cuida a Jess un segundo en lo que voy a hablar con los patrocinadores.– dijo Mick antes de salir corriendo.

algo más? no se te antoja un café también?

Pierre
listo

Samy
dame un segundo

Tengo que salir unos minutos, ahora vuelvo.– le dije a Jess mientras salía casi corriendo para que no pudiera decirme nada.

Fui al paddok club para encontrarme con Pierre sin importarme quien estaba alrededor, era lo más común que todos estuvieran por ahí, en cuanto lo ví me saludo y empezamos a caminar juntos, no fue hasta que llegamos por su motorhome que me abrazó y me dió un beso.

–Dios, te extrañé mucho.– dije mientras seguíamos abrazados.

–Yo igual, deberías de quedarte mejor en mi garage, sería más fácil.– dijo viéndome con una sonrisa y poniendo un mechón de mi cabello detras de mi oreja.

–No lo se, tal vez para la próxima carrera.– dije sonriendo.

–Me conformo con eso, nos veremos después de la carrera no?– preguntó el francés.

–Seguro, solo avísame porque si no se me olvida.– dije sonriendo.

Seguimos hablando un rato hasta que oímos como alguien venía corriendo, ambos volteamos confundidos al oír el ruido y volteamos a ver para encontrarnos con Mick, claramente estaba molesto y detrás de el venía Jess con cara de susto.

dios dame paciencia

–¿Qué mierda, Samantha?– preguntó el alemán, se oía el enojo en su voz pero no estaba gritando.

–¿Qué?–

–Te pedí que cuidaras a Jess, y aquí estás besándote detrás de un garage de otro equipo.–

–Mierda.– dije cerrando los ojos con fuerza, sabía que esto iba a pasar, pero no me gustaba pelearme con Mick.

–Mick, no creo que debas- – empezó a decir Pierre pero fue interrumpido.

–No te metas, Gasly, no es de tu incumbencia y en realidad no deberías de estar en esta conversación.– dijo el rubio.

–No, sabes qué? No tienes derecho a hacer esto, no me puedes pedir que esté pegada a Jess todo el tiempo, no tienes derecho, yo también tengo cosas que hacer- no, me corrijo, que QUIERO hacer, y no voy a dejar de hacerlas para estar de niñera, porque eso es lo que me estás pidiendo en realidad. Y te puedo asegurar que a Jess no le afectaba estar sola unos diez minutos en lo que yo estaba aquí.– dije intentando no ser grosera.

–¿Y tú cómo sabrías eso si no estabas con ella?– preguntó Mick empezando a gritar.

–De hecho- – empezó Jess.

–Porque no hay nadie en el mundo que se enoje por estar solo diez minutos.– dije empezando a subir mi tono de voz.

–¡Pero tu no sabrías porque estás aquí besándote con el francés, desde hace medio siglo!–

–Tampoco e- – empezó a decir Pierre.

–¡Ahora estás exagerando!¡No llevo tanto tiempo aquí!– grité.

–¡Me da exactamente lo mismo el tiempo que lleves aquí, porque no deberías de estar aquí y ya!– dijo el rubio molesto.

–¡De verdad estás siendo un idiota!¡A ti no te afecta en NADA!–

–Creo que deberían calmarse.– dijo la novia de Mick.

–Si creo que sería lo mejor.– dijo Pierre.

–¡Cállense!– gritamos Mick y yo al mismo tiempo.

En cuanto grité eso me arrepentí, yo no soy así, no se que estaba haciendo, solo quería desaparecer de ahí.

–Yo...lo siento, no debí de gritar. De verdad lo siento, solo- – dije antes de irme a cualquier otro lado.

Empecé a caminar hasta que llegué a unos baños y me encerré ahí, lo bueno del paddok pass, estaba sentada en el piso intentando no pegarle a la pared o llorar, probablemente no era la más higiénico pero no me podía importar menos en esos momentos.

–¿Puedo pasar?– se escuchó desde fuera acompañado de dos golpes suaves en la puerta.

Me estire un poco para quitar el seguro y abrir la puerta, luego volví a mi posición de bolita, Mick entró y enseguida cerró la puerta, no dijo nada y se sentó a mi lado, por inercia deje mi cabeza en su hombro y el puso la suya encima de la mía, nos quedamos así unos segundos en lo que nos calmabamos.

–Eres un idiota.– dije rompiendo el silencio.

–Lo se, no debí de haber hecho eso. Ahora Jess también está enojada y estoy seguro de que Pierre me va a intentar sacar de pista.– dijo Mick riendo un poco con lo último.

–Te lo mereces, te odio.– dije viendo un punto fijo.

–No me odias, no podrías.– dijo el rubio negando.

–Dejame creer que si.– dije intentando ocultar mi sonrisa.

–¿Qué vas a hacer con Pierre?– preguntó el alemán.

–No se, me cae bien, me hace feliz, solo no creo que vayamos a salir en serio.– dije ya más tranquila.

–¿Te puedo ser honesto?–

–Creo que siempre lo hemos sido, no?– pregunté volteando a verlo.

–Pues si...no me agrada Pierre, no se me hace mala persona ni nada, simplemente no.– dijo Mick.

–¿Celoso Schumacher?– dije alzando una ceja intentando no reírme.

–No se...– dijo el rubio viéndome.

–Pues...no hay mucho que hacer con eso.– dije sonriendo.

Sentí como monoplazas empezaban a aparecer en mi estómago y corrían como si fuera la pista de Austria.

–¿Por qué estás con el?– preguntó el alemán, su tono de voz había bajado.

–¿Por qué no? Es decir...no lo se, así no me siento sola, sabes? Es lindo saber que alguien te quiere.– dije evitando su mirada.

–Yo te quiero.–

–No de la misma manera.– dije sonriendo con lastima.

–Tienes razón, el nunca te querrá tanto como yo.– dijo Schumacher asintiendo.

–Sabes a qué me refiero.– dije soltando un suspiro.

–Yo me refiero a lo mismo, Sam.– dijo viéndome atentamente.

Me quedé callada mientras lo veía, de verdad quería besarlo pero eso no estaba bien, así que solo lo abracé, no es lo mismo, en mi opinión un abrazo es mucho más cercano, no dejaba que cualquier persona me abrazara, no me gustaban los abrazos, pero necesitaba más contacto físico que solo tener mi cabeza en su hombro, oculte mi cabeza en el hueco de su cuello y dejé que me envolviera en sus brazos.

–Te quiero mucho.– dije abrazándolo como si fuera la última vez.

You Are In Love || Mick Schumacher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora