EL CHICO RUBIO

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"Me gusta mi amigo", esa es una frase que nunca habria imaginado que me pasaria por la mente, menos viniendo de mi, un "príncipe" si asi podría llamarse al quinto en línea de sucesión de un pequeño País Arabe con costumbres muy arraigadas; pero así era, mi familia es la más poderosa de Medio Oriente, tenemos tanto dinero y poder que se nos escapa de las manos e incluso a veces se nos olvida que somos humanos y tenemos debilidades.

Mi hermano mayor heredó el trono hace un par de años atrás, nuestro amado padre quiso declinar para vivir una vejez tranquila al lado de su familia, lo cual nos dejo a sus otros cuatro herederos varones sin esa pesada carga, pero con muchas responsabilidades políticas; sin embargo yo tengo veinticuatro años y no seré joven por siempre, así que mientras esas responsabilidades llegan a mi, decidí ir a estudiar al extranjero, pero no a cualquier universidad, tampoco a Europa como deseaban mis padres.

Yo tenía que ser distinto, quería irme lejos unos años y divertirme a mis anchas, así que me fui a Estados Unidos, específicamente a los Angeles, aquella ciudad se convirtió en mi pequeño Reino, llegue a la Universidad mas prestigiosa para estudiar ciencias politicas; aunque mas que por mis calificaciones fue por presión de mi amada madre la reina Samira Al Karim, una mujer muy admirada e icónica en el mundo de la filantropía, ella se comprometió a donar grandes cantidades de dinero a la institución a cambio de que me acepten.

Llegué rodeado de mi propio séquito, no queria que nadie que no fuera previamente seleccionado se acercara a mí para intentar ser parte de mi círculo privado, porque mi principal intención no era estudiar, era divertirme; así que me lleve a uno de mis primos y varios escoltas reales. Nos mudamos al hotel mas lujoso de los Ángeles y alli podia hacer lo que quisiera, fueron noches de locura y mujeres hermosas, carreras de Ferraris en la autopista y juegos de azar, aquello sin duda era mal visto en mi país, pero yo no estaba allá, así que no me importaba mucho en ese momento.

Pero ese paraíso de locuras no duro mucho, pues los profesores se quejaban de mis faltas injustificadas y un par de intentos de soborno para tener buenas calificaciones, en especial el profesor de ética, una materia tan irrelevante que incluso se comparte con alumnos de otras carreras, pero el hombre conoce a mi madre desde hace años y solo me dijo que a su clase debía asistir y participar, porque sino el sí haría que ella se entere sobre mis días de juergas y locuras en toda la ciudad.

Yo acepte a regañadientes, no me gusta que me hagan chantaje pero prefiero eso a arriesgar mi estadia aquí por culpa de ese viejo tonto. Fue así que un día a las siete de la mañana, la peor hora para asistir a una clase, el "profesor inútil" como me gusta llamarle me hizo sentar al lado de Él, alguien que en un principio me pareció un don nadie.

Se trataba de muchacho que estudia música, comparte la clase con otros jóvenes de distintas carreras, al principio intenté ser distante, pero esa clase era tan tediosa que casi me quedo dormido, el chico a mi lado me dió un suave codazo y cuando me espabile noté que estaba escribiendo algo en mi cuaderno. -. "No te duermas o te puede golpear con una regla y todos se van a reir de ti"-. Decía la frase en una bonita letra cursiva.

Yo voltee a mirarlo, era un chico rubio de cabello rizado, de piel clara y ojos verdes, me sonrió mostrando los hoyuelos de sus mejillas y yo involuntariamente le devolví el gesto y luego seguí intentando prestar atención, al terminar la hora salí tan deprisa que olvide mi cuaderno, sólo escuche que alguien se acercaba corriendo a mi y me gritaba para llamar mi atención, mis escoltas se pusieron alerta, pero yo los detuve al reconocer al jóven, que se paró sin aliento frente a mí, sin prestar atención al grupo que me acompaña a todas partes.

- Olvidaste tu cuaderno, no lo pierdas, el profesor Scott es muy exigente y revisa los apuntes de todos-. Dijo el jóven con una sonrisa jovial.

-Gracias, lo tendré en cuenta-. Dije rápidamente y me dispuse a marcharme de ahí, estaba muy fastidiado y quería regresar al hotel, solo escuché un "Me llamo Fernando Smith y tú?"-. Yo solo Seguí y le conteste un seco "Tareck".

Desde ese día siempre nos vimos en esa clase, al principio era distante con el chico, no me parecía que era digno de ser parte de mi círculo cercano, pero el profesor no me dejó mas opción que trabajar con él, así que me pareció buena idea usarlo para que hiciera mis trabajos por mí, varias veces le ofrecí dinero o regalos a cambio, pero el nunca aceptó, lo cual me pareció sospechoso y un día le solté bruscamente una pregunta.

-¿Que quieres entonces? Algún interes debes tener, porque nadie hace favores sin desear algo a cambio"-. Él sólo me miró desconcertado y triste y me dijo

-Yo no lo hago por nada en particular, solo me pareció que necesitas ayuda y me agradas así que quise hacer algo por ti, pero si te sientes incómodo talvez deba alejarme, no quiero ofenderte, ya te dije que me caes bien-. Eso me sorprendió pero rápidamente reaccione y le dije que olvidara lo que había dicho y le ofrecí una disculpa, después de todo no queria perder mi "ayudante de ética" como le decía al muchacho.

Desde ese día Fernando se fue metiendo poco a poco en mi círculo de amigos, mis escoltas confiaban en él y lo dejaban acercarse a mí sin mucha supervisión, yo le fui muy claro sobre quien soy y lo que espero de mis acompañantes, él lo entendió y se adaptó a mi grupo fácilmente a pesar ser el extraño que compartía con nosotros. Incluso mi primo Fahad que es un completo tonto insoportable le tiene aprecio, aunque a veces le jugaba bromas desagradables él solo se reía y continuaba como si nada.

Me gustaba salir de fiesta con celebridades a clubes muy exclusivos, ahí nos topabamos con súpermodelos hermosas que terminaban pasando la noche con nosotros, Fernando casi nunca aceptaba la compañía de esas Diosas como las llamaban mis otros compañeros, pero igual se divertía. Él prefería encantarlas con su música, siempre estaba cantando algo, pero el decía que escribir canciones es su fuerte asi que enamoraba a las chicas con eso.

Fernando siempre me hace escucharlo cantar, incluso me pareció buena idea adaptar un espacio que sirve como un pequeño estudio dentro de mi área privada en el hotel para que tuviera todo lo que necesitaba, ya que el vive en un departamento dentro de la escuela porque es becado y la verdad el lugar es pequeño, la facultad de musica tiene un estudio, pero siempre debía usarse con un tiempo límite y eso a Fernando no le gustaba así que a mí me pareció que por lo bueno que es darle ese regalo que si aceptó con alegría, -"Así estaré más tiempo contigo"-. Me dijo con una gran sonrisa en sus labios, gesto que me estremeció sin saber por qué.

Al menos en ese momento no era capaz de entender que ese afecto estaba a punto de cambiar para siempre.

EL DESEO PROHIBIDO DEL PRÍNCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora