EL DESEO PROHIBIDO DEL PRÍNCIPE

MAS ALLÁ DE MI ENTORNO

Abrí mis ojos para encontrar una hermosa visión, Fernando dormía plácidamente en mi pecho, su expresión serena destacaba sus rasgos angelicales y sus labios rosados se veían provocativos, no dude en acercarme a besarlos, acaricié su cabello y el empezó a despertar estirandose como un gatito.

-Buenos días...que bien dormimos verdad mi amor?-. Es la primera vez que me llama así, mi corazón empezó a latir rápido, es increíble que una simple frase pueda ponerme así, él se coloca sobre mí y me besa, primero suave y luego más profundo, me gusta sentir su cuerpo esbelto encima de mi y su piel tierna; me encanta la idea de despertar así todas las mañanas.

-No dejaré que regreses a ese apartamento, te quedarás aquí conmigo, quiero tenerte cerca-. Le dije dándole besos por todo el rostro.

-De verdad quieres que viva aquí contigo? No quiero que te metas en problemas por mí-. Yo lo abrazo y me aferro más a él olfateando su cabello rubio que desprende un sutil aroma a manzanilla y romero, cosa que me relaja de inmediato.

-No pasará nada, yo voy a protegerte, mientras estés conmigo todo estará bien, si me lo permites yo pondré el mundo a tus pies-. Le dije aferrando su cuerpo al mío, Fernando provoca todos esos sentimientos en mí, este deseo por el crece tan rápido que me cuesta controlar mis emociones; después de hacer el amor anoche creo que el tendrá un poder sobre mí del que quizá no es conciente, pero honestamente no me importa perderme en el abismo de su querer, voy a disfrutar esta relación, a resguardarla como mi mayor tesoro, creo que al fin mi vida tiene un ancla, ya no me siento vacío y tampoco siento esas ansias de vivir a contra reloj, porque sólo con verlo a él es suficiente para sentir que no necesito nada más.

-Yo sólo quiero estar contigo, no me importa si el mundo está a mis pies o sobre mi cabeza...Tareck soy tuyo-. Sus palabras son un bálsamo para mi corazón, lo aprieto entre mis brazos y le prometo una vez más que haré todo para estar con él, después lo tomé de la mano para ir a la ducha, quiero bañarme con él, sentir su piel mojada en mis manos.

Estuvimos un rato bajo la regadera, la pasión nos ganó y lo recoste contra la pared, acaricié todo su cuerpo con ansias hasta que ambos llegamos al éxtasis, él se esta convirtiendo en mi adicción, es el momento mas intenso que he tenido en una ducha, cada cosa que descubro de mi amigo...no el ya no es mi amigo, es mucho mas que eso, me encanta y despierta mi interes de una forma en que nadie lo ha hecho antes.

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Cuándo logramos salir de la ducha lo lleve a desayunar algo, Fahad se sorprendió al verlo, entonces le dí la noticia de que Fernando vivirá con nosotros; el se sorprendió pero también se alegró, soltándole encima y despeinando su cabello.

-Nuestro imán de chicas! Ahora sí las tendremos todas a nuestros pies, tú las atraes y nosotros nos las quedamos! Jajaja-. Exclamó y Fernando solo se encogió en su brusco abrazo.

Yo observe detenidamente el gesto fraterno de mi primo, Fahad al principio no quería a Fernando en nuestro grupo, siempre me decía que no encajaba con nosotros, eso fue hasta que un día fuimos al casino de un hotel muy famoso de los Ángeles y Fahad se prendó de una hermosa modelo llamada Gina que estaba con un grupo de periodistas, el lugar estaba lleno de chicas esa noche porque ahí seria el desfile de "Victoria Secrets" y él se propuso presentarse ante ella, pero sin importar lo que hiciera la jóven no le hacía caso, incluso yo intenté ayudarlo pero la mujer era de verdad indiferente.

Nos dimos por vencidos y mi primo se sintió muy desilusionado, al menos hasta que de la nada Fernando se acerco a ella, luego la trajo del brazo y se sentaron en nuestra mesa, resulta que ese mismo día ella salió sola del hotel en su automóvil y uno de sus neumáticos la dejó accidentada, Fernando que pasaba por ahí en su bicicleta se ofreció ayudarla, ella le estaba muy agradecida, cuando lo vió en la fiesta del casino se alegró de encontrarlo de nuevo y aceptó sentarse con nosotros. La cara de Fahad fue épica, estaba anonadado tanto por el hecho de que Fernando había logrado lo que ninguno de nosotros pudo, cómo también por el hecho de que tenía en frente a la chica que le había gustado esa noche.