CONSEJO FAMILIAR

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Al día siguiente, me estoy preparando para lo que será el consejo familiar, temprano en la mañana recibí un escueto mensaje de mi hermano que me indicaba la hora en que debo estar en la casa de nuestros padres, ahí se llevara acabo la reunión; se supone que debo ir solo pues el mensaje decia que únicamente estaremos mis hermanos, nuestro padre y yo, nuestra madre no podra entrar y tampoco terceros o mejor dicho Fernando.

Mi amado obviamente me insistió en que no se quedará aquí esperando noticias, le pedí ayuda a mi madre y ella lo convenció de quedarse acompañándola en su area de la casa junto con Fahad donde esperaran por mi y por la decisión que se tome en el consejo. Fernando no queda conforme pues el quiere estar adentro conmigo pero no hay otra opción. Me visto con una Kandora de blanca sencilla y Fernando con un conjunto casual de camisa blanca y pantalón de jean gris sencillo también; salimos de la casa rumbo al chalet privado de mis padres.

Cuando llegamos Fahad ya esta esperando, él junto con mi madre y Fernando se adentran en el area acordada donde me esperarán; yo por mi parte entro a la estancia principal, voy a paso lento, la casa de mi padre es la típica casa arabe ostentosa y con muchos elementos naturales, la servidumbre me saluda al pasar a mi lado con una inclinacion respetuosa que yo respondo cordialmente; llego a la puerta del salón de reuniones y toco una sola vez; escucho la voz de mi padre diciendo que pase, yo obedezco y entro. En aquel lugar está mi padre de pié al frente de la ventana, en el gran sofá repleto de cojines de tela fina se encuentra únicamente mi hermano el Rey; esto me desconcierta, se supone que mis otros tres hermanos también estarían aquí, en cambio solo está Abdel.

-Saludos padre...Y su alteza, estoy aquí como lo solicitaron-. Solo me presento sin preguntar las razones por las cuales estamos nada más nosotros tres aquí; mi padre me mira serenamente pero mi hermano parece estar disgustado, su pierna izquierda tiembla sin parar con ansiedad y su rostro esta rojo; no tengo idea de que ha pasado pero ya no puedo seguir con esta incertidumbre, por suerte mi padre habla de una vez.

-Tareck hijo, como ya sabes has sido citado aquí porque tu hermano asegura que sostienes una relación amorosa con un hombre, específicamente con ese muchacho Fernando Smith que conociste en Norteamerica; creo que no tengo que explicarte lo delicado de esa situación; sin embargo, decidí tomar la iniciativa de hacer esta reunión solo nosotros tres y...-. Mi padre no puede terminar de hablar porque Abdel lo interrumpe abruptamente.

-Padre, ya deja de fingir, porque no mejor le dices la verdad de una vez...o mejor lo hago yo y disculpa que te interrumpa, pero esto simplemente es inaudito; tú ya sabías sobre su relación desviada con ese muchacho, igual que mi madre, incluso Fahad lo sabía y todos lo ocultaron, entonces has decidido que esto lo arreglemos entre los tres sin involucrar a mis hermanos, porque ellos si ignoran esto; ahora resulta que han estado tratando de protegerlo y alcahuetear esta situación, para que él no salga afectado...como siempre-. Abdel suelta estas palabras con molestia, es evidente que no esta de acuerdo con esto y yo apenas puedo procesar lo que está diciendo, mi padre ya sabia? Y mi madre también? Como? Son demasiadas preguntas y ninguna respuesta.

-Silencio Abdel! El hecho de que seas el Rey ahora no significa que tienes derecho a cuestionar las acciones de tu padre!...la razón por la que he decidido hacer que solo estemos aquí nosotros tres es para conciliar la situación, mediar entre ustedes dos y buscar la mejor solución; Abdel tu no quieres llevar a tu hermano menor a prisión y yo obviamente no quiero que mi hijo sufra eso, mucho menos que nuestra familia se destruya por algo que puede solucionarse entre nosotros-. Abdel intenta cuestionarlo nuevamente pero mi padre lo reprime con un gesto facial y de su mano alzada que lo frena de inmediato, él se queda sentado de brazos cruzados y moviendo la cabeza de un lado al otro de forma negativa.

EL DESEO PROHIBIDO DEL PRÍNCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora