EL DESEO PROHIBIDO DEL PRÍNCIPE

UNA PEQUEÑA VICTORIA

Al mirar a Fernando me doy cuenta de lo angustiado que está, no quiero que vuelva a pasar algo así; tomo su rostro en mi mano y le doy beso en su suave mejilla, lo mantengo pegado a mí, sintiendo su aroma dulce y la textura de su cabello; al soltarlo tomo su mano y encaro a mi madre y a Fahad, es obvio que todos tienen preguntas así que no los hago esperar mas.

-Amor que paso? Porque tardaron tanto? Que decisión tomaron? Que va a pasar con nosotros?-. Fernando pregunta con insistencia, está muy nervioso, mi madre y mi primo también empiezan a preguntar preocupados y yo los tranquilizo.

-No teman...bueno básicamente la reunión fue entre Abdel, mi padre y yo; los dos logramos una conciliación, resulta que al no haber testigos fuera de la familia no se puede sustentar una denuncia, tampoco quiere verme en esa situación a manos de mi familia; así que llegamos a un acuerdo, Él propondrá a nombre del Rey la reforma del artículo que penaliza nuestra relación; no lo extinguirá pero si hará que las sanciones sean mas flexibles y humanitarias, eso es un avance y aunque sé que será difícil asi garantizamos que no me lleven a la cárcel; también me prometió que Fernando y yo podremos estar tranquilos en Haidar, que tendremos privacidad mientras seamos discretos-. Mis palabras les dan un evidente alivio, pero también nuevas dudas comprensibles, yo quiero dejar todo muy claro para que se tranquilicen todos.

-Hijo...y como lo tomó tu hermano?-. Mi madre pregunta con un tono de angustia en su voz.

-Nada bien, de hecho se lo tomó personal, se enojó con papá, sobretodo por que él dijo que ya sabía sobre mi relación con Fernando desde hace tiempo; Abdel ahora dice que ustedes siempre me protegen por favoritismo; mi padre lo llevará al desierto con los Beduinos unos días para arreglar este problema con él. Mi madre suspira con tristeza y Fahad no puede ocultar su sorpresa; estoy seguro de que saben perfectamente la razón por la cual se hace un viaje con los Beduinos.

-Pero...el irá con los Beduinos? Seguro mi tío debe tener buenas razones para considerar hacer ese viaje-. Dice Fahad aún sorprendido, pues es bien sabido que ese tipo de viajes es para buscar consejo y sabiduría, al parecer mi padre cree que Abdel la necesita.

-Bueno él también me pidió que haga un viaje a Viena esta semana para sustituirlo en una cumbre de naciones que se celebra alla; creo que su intención es que estemos lejos unos días hasta que las cosas se calmen, nos vamos mañana en la tarde y regresamos en ocho días-. Fahad y mi madre se miran entre si, sé que tienen mas preguntas que respuestas, pero en este momento solo quiero salir de aquí, además no puedo contar los motivos reales de mi padre al acceder a la modificación de la ley.

-Pero...tenemos que irnos? Creí que podíamos estar tranquilos ahora...que pasará cuando regresemos? Crees que tu hermano siga molesto?-. Fernando me pregunta con miedo, yo se que hay una posibilidad de que él ponga algún obstáculo, pero con ese viaje al desierto tengo la esperanza de que reflexione y nos deje tranquilos.

-No te preocupes por eso Habibe, estoy seguro de que al pasar los días estará más tranquilo, ahora mejor nos vamos a casa, debemos descansar y prepararnos para el viaje de mañana, es un evento político asi que será tedioso-. Me despido de mi madre prometiendo que después hablaremos sobre lo que mi padre me dijo y le doy las gracias a Fahad por su apoyo, después Fernando y yo salimos de la casa y regresamos al Penthouse; en el camino él toma mi mano y no la suelta, si el supiera la fuerza que esto me da no me soltaría nunca.

Una vez en casa no soy capaz de soltar a Fernando, apenas cierro la puerta lo envuelvo entre mis brazos y tomo su preciosa boca besandola con anhelo; que bien se siente regresar a nuestro hogar con tranquilidad, esta pequeña victoria es dulce, recuperar la tranquilidad despues de haberla perdido es la mejor sensación de alivio; al terminar el beso él me sonríe y empieza a quitarse la ropa quedando completamente desnudo frente mi y me dice "ven...vamos un rato al Jacuzzi" él tomó mi mano y caminamos con dirección al Jacuzzi, en el camino me quité mi vestimenta, entramos al agua y Fernando se pegó a mi cuerpo.