Lady Fairy (AU Miraculous LadyBug)

Capítulo 18: Darkblade

Marinette pareció entenderse muy bien con la chica nueva, la cual a pesar de no entablar relación más allá de estudios y esgrima.

Se sentía que tenía un corazón justo y puro.

—¿Entonces cuál es tu tipo sanguíneo?—preguntó de pronto.

—¿Qué?—preguntó la joven algo confusa por el comentario.

—¿Prefieren que te digan por tu nombre o un apodo?—volvió a preguntar.

—Ambos me gustan —sonrió —¿Pero porque me preguntas algo así?

—Bueno, es la primera vez que tengo una amiga de verdad —contestó —Mi madre me prohíbe todo tipo de relaciones a no ser que sean beneficiosas para la familia.

—Pues que mal —respondió la joven —Que los padres sigan teniendo ese tipo de comportamientos.

—No siempre se puede hacer cambiar de opinión, Marinette —contestó.

—Sí, pero se me hace realmente injusto —contempló la joven —Los padres están para guiar, para horientar, no para encerrar.

Kagami no le respondió, ella dejó de escuchar tan pronto como sus pies sintieron un leve temblor, el cual creyó imposible, pues estaba en París.

Pero las piedras de los escombros se lo terminaron confirmando.

Tan pronto como se percató de esto, Kagami tiro al suelo a la joven, la cual no entendía que estaba pasando, pero se hacía una idea.

—¡Cubre tu cabeza!—exigió la azabache.

—¿Que esta pasando?—preguntó la chica de pronto.

—Algo no muy bueno —fue la respuesta de la joven.

Cuando vio un inmenso dragón de carne y hueso, y hasta arriba, a un especie de caballero.

—Bien, bien señorita Tsurugi —declaró el hombre —Esta vez tengo el poder para finalmente hacer justicia e impedir que París caiga en la corrupción otra vez.

—¡¿Señor Armand?!—preguntó esta vez Marinette.

—Soy Darkblade para ti, parisino sin escrúpulos —respondió, hasta que se dio cuenta a quien se dirigía —Oh, pobre y dulce Marinette, será mejor que te apartes de pestes como la que tienes a tu lado, es obvio que tiene el más mínimo respeto por la gente buena y que solo desea hacer lo correcto.

—Esto es un error —contestó ella —Kagami es una buena persona, a pesar de que no puedo verla, siento en ella una bondad indescriptible.

—¡Oh malvada inmunda!—declaró el caballero —¡Cómo osaste envenenar con tu lengua venenosa, la mente de alguien tan dulce y genuina como Marinette! ¡Debería darte vergüenza!

Este se lanzó de lleno contra Kagami, la cual pudo esquivar sin ningún tipo de problemas su ataque.

Pero eso no quería decir fuese fácil, pues con solo examinarlo un par de minutos se pudo dar cuenta que era rápido.

—¡Marinette rápido hay que correr!—exclamó la joven

Su nueva amiga esgrimista tomó con algo de presión su mano, y sin importar que, empezó a correr con la joven.

—¡Me duele!—sollozaba levemente la chica de coletas al sentir presión en su brazo malo. —¡Kagami!

Un golpe sordo se escucho, la mano de Marinette se separó de Kagami, y los escombros no fueron de mucha ayuda para la azabache.

—¡Ah, sucia arpía!—declaró Darkblade una vez que llegó con su majestuoso dragón. —Primero le llenas la cabeza de ideas a esta pobrecilla, si no que también osas lastimarle.