Lady Fairy (AU Miraculous LadyBug)

Capítulo 20: Verdad

—Bridgette —saludo cordialmente su tío, yendo a darle un cálido abrazo.

—Tío Tom —dijo emocionada la mujer joven sin negarse a ese cálido abrazo.

—Hace tanto que no te veía —sonrió el hombre —Cada día estas más hermosa.

Sabine espera en aquella silla, en espera de que dijera algo.

—Tía Sabine —sonrió con incomodidad.

—Sabine —corrigió mirándola despectivamente.

—Claro, claro —se corrigió —Ejem... Vengo a ver el estado de la paciente

—Me gustaría que se le asignará otro tipo de médico —respondió la mujer.

—Discúlpeme —comentó apenada —Pero me temo que eso no sera posible. Lamentablemente todo el equipo se encuentra en labores por el tema de los sentimounstruos.

—Sabine, cariño —llamó Tom.

Ella le miro y entendió en su mirada que solo buscaba lo mejor para su niña.

—Deja que cure a nuestra hija —fue su respuesta —Me parece que no hay mejor persona capacitada para ello.

Sabine suspiro, sabía que no había argumento valido, por lo cual se dio por vencida.

—Esta bien —dijo finalmente, causando alegría en la joven.

—Gracias, muchas gracias —sonrió con alegría la joven azabache.

—Iré por un café, ¿quieres?—pregunto su esposa a su marido, por lo cual recibió un asentimiento de cabeza. —Bien.

Sabine paso del lado de la azabache no sin antes detenerse.

—Te estare esperando en la cafetería —susurro por lo bajo —Hay asuntos que debemos discutir.

Bridgette Cheng sintió un escalofrío recorrerlo la espalda tan pronto como su familiar le dirigió estas palabras, pudo sentir como la puerta fue cerrada de manera lenta pero furiosa.

—Madres, je, je, je —rio un poco incomodo el padre de la chica.

—No la culpo Tío Tom —hablo con tristeza —Esta en todo su derecho de estar molesta; digo 15 años sin saber de ustedes es una razón válida.

—Bridgette sabes que tu tía...

—No digas más —le interrumpió —Dejame hacer mi trabajo y después me iré.

—Brid —llamó con voz paternal para después darle un abrazo por la espalda —No te estoy culpando por lo que paso hace 15 años, fue un accidente, eras una niña y tenias una enorme responsabilidad. Siempre te he dicho que sin importar nada, tu siempre serás mi sobrina. Y la favorita, dejame incluir.

—Gracias Tío Tom —sonrió agradecida la joven

Después de eso el amoroso padre soltó a la chica, para que comenzará con la evaluación de su paciente.

Cuando estaba por finalizar, la puerta de la habitación se abrió, mostrando a Sabine con dos vasos de café en las manos.

—Todo parece estar en orden —le dijo a los dos padres —Su recuperación aunque lenta, es muy progresiva, probablemente mañana despierte.

—Gracias al cielo —sonrieron ambos padres.

—Le suministre un calmante —informó —Descansará toda la noche, y evitara movimientos bruscos.

—Tom, ¿cuidas de ella un momento?—su mirada recayó en su sobrina —Hablaré un momento con su enfermera.

—Sabes que sí —sonrió, para después susurrar —No seas tan dura con ella.