Me desperte por la luz que entraba por las ventanas en la pieza de Tomás. Frote mis dedos en mis ojos y trate de levantarme, pero no pude porque a Tomás se le dio la maravillosa idea de abrazarme mas fuerte para que no pueda levantarme.
- Tomás, dejame levantarme
- Mmm, no quiero. -habló con su voz ronca.
- Eu, dale.
- Te dije que no quiero. -contesto apoyando su cabeza en mi hombro mientras me abrazaba.-
Resople. Cerre mis ojos y comence a pensar lo que paso ayer, de la nada de nuevo comence a llorar sin ninguna pausa.
- No llores, basta! -me agarro del menton para mirarme a los ojos.- Me hace mal verte así.
- No puedo no llorar. -conteste entre lagrimas.
- Por qué no te pegas una ducha y salimos a desayunar juntos? Vamos a tomar un cafe, un té no sé.
Me seque las lagrimas con mis dedos y asenti con la cabeza.
- Dale, te espero acá si?
- Bueno. -dije entrecortado.-
Me levante de la cama y fui hacía mi pieza a prepararme, agarre un pantalón bali junto a una top negra. Me meti a la ducha y cerre los ojos mientras sentía el agua caliente recorrer por mi cuerpo, por un momento estuve relajada.
(...)
- Te llamo? -preguntó mientras le hacia carpita al cigarro.-
- Sí, 5 llamadas perdidas y 50 mensajes. Despues le voy a contestar, todavía no estoy preparada.
- Para mi no le tenes que contestar, vos dijiste que lo viste bien claro. -me paso el cigarro.
- Le voy a dejar que me de una explicación y ahi veo si tiene algo de logica, aunque no creo que lo perdone. -conteste dandole una calada al cigarro.- Mira ahí viene el colectivo.
-saque la sube de mi bolsillo.- Es alto gil Quimey, es al pedo que lo perdones. Cuando lo vea lo mato sabes? ya tengo una excusa para poder pegarle.
- Sos un pelotudo. -largue una carcajada.-
Me miro serio y subimos al colectivo. Me fui a el anteultimo asiento que esta libre, Tomás me buscaba con la mirada y yo le di palmadas al asiento que estaba del lado mio.
- Yo queria estar del lado de la ventana! -se quejo.-
- Jodete. -conteste mientras apoyaba mi cabeza en su hombro, él acaricio mi pelo y pude oler su perfume que inundo mis fosas nasales por completo.-
- Te extrañaba sabes? -dijo sin mirarme.
- Yo tambien te extrañaba, pero últimamente estabas muy estupido. -levante mi cabeza de su hombro y lo mire.
- Porque vos me dejabas de lado solamente para ver al mogolico de Dylan, justo a Dylan.
-contesto enojado.Apoye nuevamente mi cabeza en su hombro y me quede mirando un punto fijo.
- No estoy enojado con vos. -aclaro acariciando mi pelo.-
- Ya sé.
Despues de un viaje de alrededor de unos 10 minutos finalmente llegamos, entramos a una cafeteria y fuimos a pedir nuestro "desayuno". Yo pedi un café amargo, como siempre y Tomás un café con medialunas. Nos sentamos en unos de los asientos al fondo del todo.
Tomás agarro la taza con café pensando que era la de el, pero en realidad era la mía.
-Mierda, con razón sos tan amarga Quimey!- Esa es mía, esta es tuya. -reí.- Vamos a la plazita que esta en la esquina?
- Bueno, vamos. -contesto dandole un mordisco a su medialuna.
Salimos de la cafeteria, caminamos hacía la plaza y nos sentamos en el pasto. Saque un cigarro del bolsillo y lo prendi.
- ¡¿Qué haces enferma?! - me arrebato el cigarro de la mano.
- Ey.
- ¡¿A vos te parece fumar mientras tomas un café?!
- Si ya fume hoy Tomás, dame el cigarro.
- No te lo voy a dar Quimey, desayuna algo primero. -respondió mientras me daba una medialuna.-
Lo mire haciendo puchero.
- No me pongas esa cara, no te lo voy a dar. Toma tu café y come una medialuna. -me ordeno.-
Bufé.
Estaba riendome por una anecdota que me estaba contando Tomás hasta que me llega una llamada era de Helena, le atendi lo mas tranquila.
- Hola, si?
- ¡Quimey, amor! soy Dylan.
Suspire profundo.
- Qué queres?
- Cortale! -me grito Tomás.
- Shh, callate. -le dije.
Se paro y me saco el telefono de las manos.
- Que sea la última vez que la llamas pelotudo de mierda. Cuando te vea te hago mierda, me escuchaste? te hago mierda!
Eso fue lo último que dijo y corto.
- Tomás!
- ¡¿Qué?! -contestó gritandome.
- Qué mierda hiciste?
- Le corte el mambo, no puede andar haciendo lo que quiera con vos Quimey! vales mucho. -me agarro del menton con la mano derecha mientras con la izquierda me acariciaba mis mejillas.-
Me mordi el labio inferior y sonreí, no sé por qué mierda hice eso.
- Vamos yendo a casa? -preguntó.
Me lo quede mirandome por unos segundos hasta que me aplaudio en la cara.
- Qué?
- Que si vamos yendo a casa.
- Ahh si, vamos. -conteste
Estamos sentados en los ultimos asientos del colectivo, tuvimos la suerte que la parada estaba en la plaza y que vino rapido.