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NARRA TOMÁS.

Ayer a la madrugada le había mandado un mensaje a Julieta para vernos, y hoy estoy yendo para su departamento. Despues de estar caminando un largo tiempo, finalmente llegue al lugar. Toque la puerta y me quede esperando a que me atienda mientras jugaba con mis manos nervioso.

—Amor, llegaste— me saludo con un beso bastante incomodo para mi.

—Tenemos que hablar— mencione con mi voz completamente firme o eso trataba que este.

—Pasa, lindo—

Entre a su departamento y lo revise con la mirada. En la mesa había cuatro líneas de merca preparadas, ella no iba a estar completamente estable para charlar pero no me quedaba otra.

—¿Queres un saque?— preguntó

—No, gracias— hice una mueca.

—Bien. ¿Vamos a la cama?— cuestiono.

—No Julieta, no quiero cojer ahora. Quiero charlar— explique frustrado.

—Un ratito no mas, mi amor— hizo puchero

—Te dije que no. Sentate, quiero hablar con vos—

—¿Hablar sobre que?—

—Sobre nuestra relación Julieta, esto ya no funciona— comente.

—¿Cómo que no? Yo te amo y vos me amas, si que funciona esto amor.— me agarro de las manos.

—No me amas de una manera sana y eso me lastima—

—¿Por qué decis eso?

—Porque no me apoyas en nada Julieta, la otra vez te dije que queria dejar de consumir y en vez de apoyarme decidiste insistirme de que lo siga haciendo. Me llamas solamente cuando estas drogada y tenes ganas de cojer, ¿te pensas que es sano eso?—

—Te juro que voy a cambiar, no me dejes— me miro.

—Miles de veces me dijiste eso y nunca lo hiciste. Esto ya no funciona, no va para mas.

—¿Me dejas para irte con la concha abierta de tu mejor amiga, no?— solto enojada.

─¡No seas una maleducada! Que sea la última vez que hablas así de ella, no te quiero ver más. Me haces mal, no me apoyas en nada y a mi eso no me sirve—

—No me interesa, ¿queres saber algo antes de que te vayas?—

—Habla.— indique.

—Me coji al boludito de tu primo, va tan boludito no es porque me dejo bastante loca despues de esa noche— comenzo a reirse.

—¿Qué primo?— pregunte confundido.

Julieta se quedo callada, decidio no responder.

—¡Te pregunte a que primo Julieta!

—Mateo, a Mateo.— respondió.

—¡Enferma de mierda, tiene diecisiete años!—grite.

—¿Con diecisiete años me puso así de loca? increíble.

—¡Pajera de mierda, no te quiero ni ver!—

Fue lo último que dije y salí de aquel departamento con una bronca. Me sente en la parada y saque un cigarro mientras esperaba el colectivo para ir a casa. Despues de diez minutos finalmente llego, saque la sube y pague el boleto. Acto seguido me sente en un asiento individual mientras me quedaba pensando, por una parte estaba feliz porque ya iba a estar bien con Quimey pero por otra parte me encontraba triste y enojado. Estaba enojado por el secreto que me revelo Julieta, ¿se había acostado con mi primo menor? Definitivamente esta enferma la chabona.

Me quede tan atrapado en mis pensamientos que no me di cuenta que ya habia llegado, baje del colectivo y comence a caminar directo hacía mi casa. Al fin llegue a casa, toque la puerta y me atendio Quimey con su pijama de hello kitty que le había regalado, tenía su pelo hecho un desastre pero de alguna u otra forma se seguía viendo bien.

—Buen día, ¿te levante de la siesta?— entre a la casa con un sonrisa

—Ajam. ¿Dónde andabas? — preguntó en medio de un bostezo.

—Me fui a ver con Julieta— me rasque la nuca

—¿Y qué onda?— cuestiono mientras subia a su pieza.

—Terminamos— respondí mientras la seguia.

—¿Ya.. ya no estan mas?— alzo la ceja.

—No. Me acabe de enterar que se acosto a mi primo menor— comente.

—¿A Mateito?— me miro impresionada mientras abría la puerta de su pieza.

—A Mateito..— afirme mientras pasaba.

—Por Dios, diecisiete años tiene..— bufo.

—Si, eso mismo le dije— respondí

—¿Y vos cómo estas?— cuestiono mientras se acostaba en su cama y hacía palmadas en ella para que me acueste.

—Bien, ¿Ahora estamos bien?— pregunte preocupado apoyando mi cabeza en su pecho.

—Vayamos lento, Tomás— acaricio mi pelo.

—Esta bien, ¿pero estamos bien?— pregunte preocupado nuevamente.

—Por supuesto. Ahora vamos a dormir así descansamos un poquito la mente, ¿si?— habló con su dulce y hermosa voz.

Ella es mi unica paz en todo este desastre.

Ella es mi unica paz en todo este desastre

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 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀 | 𝐂.𝐑.𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora