VEINTIUNO
TOMÁS se quedo un largo tiempo viendo como su mejor amiga dormía, estaba enamorado. Sentía mariposas en el estomago cada vez que la mirada, parecía un adolescente. Pasaron horas y no se levantaba así que decidio dejarle muchos besos en la cara para que se despierte.
──Que linda forma de levantarse— bostezó
──Al fin nena, ya son las una de la tarde— bufó.
──Tenía sueñito.— argumentó.
──Se nota. Vamos abajo a almorzar o a desayunar, no sé— indicó Tomás.
──Que fiaca—
──Levantate, Quimey.— insistió.
──No quiero, dejame—
──Ah, ¿No queres?— cuestiono desafiandola.
──Nop—
──Esta bien— le dedico una sonrisa.
Tomás se dio la vuelta y la alzo con sus brazos para terminar llevandola a la cocina.
──¡Tomás, bajame!— se quejo.
──Yo te di dos opciones, cagate— respondió
──Te odio— mencionó.
──Me amas—
──Tambien— afirmó.
──Tontita— dice mientras la bajaba de sus brazos.
──¿Mañana vienen los chicos, no?— cuestiono Quimey
──Sí, al fin—
──Podriamos hacer una jodita para darles la bienvenida— comentó.
──Que girosa que sos. ¿Café, té, matecocido o mate?—
──Mate.—
(...)
TOMÁS se subio al skate mientras que Quimey lo sostenía con sus manos, habían ido al skatepark de villaluro.
──Pierna en el medio y una abajo— indicó
──¿Derecha o izquierda?— Tomás alzo la ceja
──La que te parezca mas comoda, yo dejo la derecha abajo y la izquierda la dejo arriba— respondió
──Ahí esta—
──Quimey, ¿qué onda perdida?— se acerco un pibe del skatepark a saludarla.
Tomás se dio vuelta confundido, ¿quién mierda era y por qué le dice perdida? Que chamuyo de mierda.
──Tobías—
──¿Qué hacías que no venías?— cuestiono el pibe, tiene rulos, es alto y morocho.
──Me daba paja— largo una risita.
──Que pajera—
──¿Y Owen?— cuestionó
Tomás estaba apunto de explotar, le quemaba la cabeza verla charlar así con un pibe. Era obvio que el chabón le estaba tirando onda, se notaba desde lejos.
──Le dije para que venga pero no podía venir, tenía que cuidar a su hermanita. ¿Y tu acompañante quién es?— preguntó mirando a Tomás.
──Tobías, es el Tomás— lo señalo sonriendo.
──Un gusto campeón— estrecho su mano.
──Digo lo mismo— Tomás le dedico una sonrisa forzada.
──Bueno. Me voy con los pibes, despues te mando mensaje— la saludo con un beso en la mejilla.
──Dale, dale. Nos vemos—
El morocho agarro su skate y se fue hacía donde estaban sus amigos.
──¿Y ese pancho de dónde salio?— le pregunto Tomás a Quimey.
──Es un amigo, lo conocí por Owen.—
──Amigo que te quiere entrar a toda costa— menciono.
──No flashees—
──Si se re nota, Quimey— insistió.
──Mentira, es mi amigo no más—
──El "qué onda perdida" lo delata— largo una carcajada.
──Como sabes, eh—
──Da, tarada— suspiró.