MME DESPERTÉ por el fuerte ruido de los truenos, dirigí mi vista hacía la ventana y logre ver el cielo completamente nublado, llovía descontroladamente. Gire mi cabeza y lo primero que me encontre fue a Tomás abrazado de mi cintura. Quise levantarme pero los brazos de Tomás me lo impidieron, trate nuevamente de levantarme de aquella cama pero no pude. Me había abrazo con más fuerza.
—Tomás, me quiero levantar— bufe
—¿Para qué? No hay luz y llueve, dormite Quimey— respondió con su voz completamente ronca.
—No tengo sueño— excuse.
—Quedate acostada conmigo entonces—
—Me estoy meando— comente.
—Meate encima, no me molesta— suspiró.
—¡Dale Tomás, me quiero levantar!
—No me interesa— contestó mientras escondia su cabeza en mi hombro.
Me mordi el labio inferior a verlo así, es tan tierno y tan hijo de puta. Trataba de levantarme pero no podia, él tiene mucha mas fuerza que yo.
—Quedate quieta— me miro a los ojos
—No quiero—
—No me interesa— dijo nuevamente.
—¿Me dejas levantarme? ¡Por favor!— rogue
—No y callate, estas gritando mucho— menciono.
—No me voy a callar, ¿quién sos para callarme?
—Entonces te voy a callar yo, Quimey.
—Animate, te voy a sacar cagando si lo haces Tomás— respondí.
—¿Me desafias?— alzo la ceja.
—Tomalo como quieras.—
—¿Ah sí?— me miro.
Se acerco a mi generando que quedemos cara a cara, podia sentir aquel perfume que siempre me volvio loca y tambien podia sentir su respiración tan calmada como siempre. En cualquier situación el siempre se encontraba calmado, eso me causaba bronca.
Tenía mi respiración completamente acelerada. No podía creer que me encontraba en esa situación nuevamente con la persona que tanto odio y amo a la vez. De repente sentí esa hermosa presión de sus labios contra los míos, me había olvidado que encajaban tan perfectos con los míos. Su labios eran calidos, suaves y sabían a menta.
—Extrañaba esto— dejo besos en mi cara.
Cuando lo escuche hablar recien reaccione de lo que había hecho, me bese nuevamente con el pelotudo que me hace llorar cada noche. Salí de la cama mientras que Tomás me dedicaba una mirada confundida.
—¿A dónde vas?— cuestiono.
Me puse las ojotas y salí de aquella pieza, detras me seguia Tomás. Entre rapidamente a mi pieza y la cerre con llave antes de que pase el chico.
—¡Quimey! ¿Qué paso?— golpeo la puerta
—Dejame sola Tomás—
—¿Qué hice mal? ¿Qué hice? Decime— insistio
Todo haces mal Tomás Campos.
—Andate—
—Explica que hice Quimey—
—Te dije que te vayas, dejame estar sola pelotudo— respondí
—Esta bien. Voy a estar en mi pieza, cualquier cosa tocas la puerta— menciono.
Agarre la almohada y me la puse en mi cara mientras trataba de entender que habia hecho y por qué lo hice.
todos igualeschicas ahre