Estoy sentada en mi cama enrolando un porro mientras escucho Slow dancing in the dark de Joji, de repente escuche como caían gotas de lluvias y sonreí al saberlo. Termine de armar el porro y al minuto tocaron la puerta, parece que saben cuando tengo la nota
─¿Quién?— cuestione
─Yo—
─Quién es yo?—
─¡Tomás, soy Tomás! abrime—
─Entra— indique.
Paso con una sonrisa en su rostro y con una bolsa llenas de golosinas en su mano derecha, me parecio demasiado tierno.
— Para mi? —pregunte refiriendome a la bolsa.
— Y para mi, para los dos. —sonrío mientras se sentaba del lado mio
— Sos un tierno. —dije mientras le acariciaba el pelo.
— Aja, dame una seca. —hizo ojitos.
— Interesado. —conteste mientras le daba la última seca al porro y se lo pase.
Me miro indignado.
— Veni, vamos al balcon. —lo agarre del brazo
— Nos vamos a mojar—
— Hay un techito, no nos vamos a mojar—respondí
— Mm, bueno.
Nos sentamos en un sillón pequeño que hay en mi balcon mientras yo le hacia carpita al faso para que se pueda prender.
— A ver, dame estupida.
— Toma, trata de prenderlo. —se lo pase.
Prendi mi telefono, entre a whatsapp y tenía 72 mensajes de Dylan, 21 llamadas perdidas. Suspire sin saber que hacer, decidi entrar al chat para ver que decia.