La oscuridad se disipó y pude ver una ciudad. Gente, calles, coches, edificios. Pero no parecía Wichita.
- Bien -era la voz de Emily- Empecemos por el principio -miré a todas partes en busca de Emily, pero no estaba, solo era su voz- ¿Ves a aquella chica que va hacia la cafetería? -la miré, era mi madre- Por tu cara creo que ya lo has adivinado, esa chica es tu madre de joven, antes de tenerte.
Atravesé la calle esquivando a los coches e intenté abrazarla, pero la traspasé.
- ¿¡Qué mierda!?
Mi madre siguió como si nada y entró en la cafetería.
- Solo son recuerdos, no puedes tocarlos, ni te oyen ni te ven.
- Lo que pasa siempre en las series. Qué bien.
Entré en la cafetería. Estaba lleno de gente. Mi madre estaba sentada en una mesa con un café. Me acerqué hasta ella y me quedé mirándola. Está tan joven y tan guapa.
Un hombre me atravesó y se sentó en la mesa de al lado de mi madre. Era Zack. La cosa mejora por momentos.
Mi madre le echó una mirada y se sentó en su mesa.
- ¿¡Qué haces!? -aunque no me podía oir lo grité- ¡Aléjate de él!
- Hola -dijo ella coqueta.
- No, no, no, no -empecé a repetir varias veces- ¡Imposible! No, ¡mamá quieta!
- Por aquellos tiempos tu madre era como Dean -dijo Emily.
- Que guay.
- Hola -respondió él también coqueto viendo las intenciones de mi madre- Soy Zack.
- Yo Sharon.
Se dieron la mano y se pusieron a hablar.
****
Ya era de noches. Había seguido a mi madre por toda la maldita ciudad. Creí que por fin se iba a su casa, o a su motel... no sé. Pero no, en vez de eso, fue hacia el parque siguiendo a un hombre.
El hombre se paró de repente.
- Una cazadora, ¿eh? -abrí los ojos- ¿Cómo me has encontrado?
- No fue difícil, dejas demasiadas pistas, ghoul.
Mi madre cazadora, nunca me lo dijo.
El ghoul se giró y echó a correr hacia ella. Mi madre sonrió, le pegó un puñetazo y lo tiró al suelo. Él intentó levantarse, pero mi madre le piso la cabeza. Cuánta sangre.
- ¡Joder! Así se hace, mamá.
- Tu madre fue una gran cazadora -decía Emily- Pero, esa noche, tu madre selló su destino fatal.
El parque desapareció y fue reemplazado por el pasillo de un motel. Mi madre me traspasó, y oh dios mio, se estaba besando con un hombre. El tío soltó a mi madre y la dejó abrir la puerta. Zack.
- Oye, no irán a... ya sabes, ¿verdad?
- Sí -afirmó Emily- Van a tener relaciones sexuales.
- Oh dios, ¿nos podemos saltar esa parte? -rogué. En estos momentos se me olvida que le he pegado un par de tiros a la madre bruja de mi mejor amiga y que ahora me está enseñando secretos del pasado de mi madre hasta que se desangre. Muy normal todo.
- ¿Sigues sin entenderlo? -me preguntó.
- Ehm... sí.
- Todos los cazadores sois idiotas -dijo- 9 meses después de esta noche, tu madre te tuvo.
Abrí los ojos.
- ¿¡Qué!? ¿¡Estás diciendo lo qué creo que estás diciendo!?
- Sí. Zack es tu padre.
- Tienes que estar de coña. ¿Y qué pasa con mi otro padre? Arthur Lewis.
- Tu madre le conoció durante uno de sus casos 4 meses después. Se enamoraron y a él le dió igual que él no fuese el padre. Avancemos más.
El pasillo del motel y los gemidos de mi madre (que alguien me mate) desaparecieron. Ahora, era un hospital.
- Vale, ¿y ahora dónde demonios estamos? -me crucé de brazos.
- Es el día en el que naciste.
- ¿Qué?
Caminé por el pasillo. Mi padre... digo Arthur, estaba dando vueltas por el pasillo. Un médico salió se acercó a él.
- Señor Lewis, felicidades, el parto ha salido perfectamente.
Mi padre esbozó una de las mayores sonrisas que le había visto poner nunca.
- ¿Puedo verlas?
El doctor acompañó a Arthur a una habitación. Mi madre estaba tumbada en la cama conmigo en brazos. No soy arrogante, pero... ¡Qué mona era de pequeña!
Mi padre se acercó a la cama. Besó a mi madre y luego me cogió la mano, bueno, se la cogió a mi yo del pasado.
- ¿Ya sabes cómo la quieres llamar? -preguntó Arthur.
- Sí, Claire -dijo sonriente- ¿Te gusta? -Arthur asintió.
- ¿Claire? Me gusta como suena -Zack estaba apoyado en el marco de la puerta- Hola, Sharon.
- ¿Zack? ¿Qué haces aquí?
- Ver a mi hija, ¿te parece poco?
- ¿Cómo me has encontrado?
- Tengo mis trucos.
Mi madre sonreía, así que no debía de saber nada acerca de la realidad sobre Zack.
- Este es Arthur.
- Un placer.
Zack sonrió y sus ojos se pusieron negros. Mi padre intentó sacar algo de sus vaqueros, pero Zack lanzó su humo negro y pegaron a Arthur a la pared.
- ¿Eres un demonio? -mi madre empezó a jadear.
- Sí, guapa -Zack acarició la cara de mi madre- Sorpresa -él miró a mi yo del pasado- Y ella tiene mi sangre.
- ¡Aléjate! -dijo mi madre.
- Oh, no te preocupes, Sharon. No pienso llevármela, por ahora ella te necesita. Pero un día, sus poderes despertarán, y me la llevaré, incluso puede que me la lleve antes.
- No te dejare.
Zack sonrió. Iba a decir algo, pero todo se volvió oscuro. Parpadeé y estaba en aquel páramo. Los restos del coche aún ardían. Emily estaba en el suelo jadeante, había mucha sangre. No le queda mucho tiempo.
- ¿Qué quiere Zack de mi? -pregunté.
- Necesita tus poderes, eres perfecta, tienes los poderes de un demonio de alto nivel -tosió- Pero ni el agua bendita ni las trampas anti demonios sirven contra ti.
- Ya, pero sé por experiencia que me pueden matar como una persona normal.
- Posiblemente, pero sigues siendo muy poderosa -volvió a toser sangre- Zack te necesita para su plan. El poder que tienes, es demasiado para ti, poco a poco te irá consumiendo.
- Ya, no voy a dejar que eso pase.
- Eso dices al principio, luego, ese poder será demasiado tentador para ti -volvió a toser aún más fuerte- Dile a Stephanie que la quiero.
- Lo haré.
Emily cerró los ojos y se dejó caer.
- ¡Claire! -era la voz de Dean.
- ¡Dean! -grité. Los ojos se me nublaron y caí al suelo.