Gustabo va a celebrar sus dieciocho años en un club donde asisten personas que practican BDSM, algo muy nuevo para él. En dicho lugar conoce a un dominante con el cual se entregó y no se arrepentía de ello. Después de un año conoce a un abogado que...
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Conway había terminado de ducharse y Gustabo aún pensaba en como bajar las escaleras, sus padres los están esperando en el comedor para comer juntos y que les converse sobre el primer día de la universidad en la ciudad.
Cuando ve al abogado salir con una toalla envuelta en sus caderas siente que se le sale la baba por los labios.
Benditos pectorales, benditos músculos de sus brazos, benditos abdominales, benditos pequeños vellos que hacen camino desde su ombligo hasta abajo, bendita V y bendita las gotas de agua que resbalan en su torso.
No debería estar pensando tantas cosas hormonales, pero lo hace, el dolor en sus piernas y caderas desaparece y solo se imagina a Conway cogiéndolo de nuevo, con los barrotes golpeando contra la pared y besándolo tan sucio.
- Deberías disimular un poco las ganas de que te folle de nuevo, princesa - Conway dice mientras se saca la toalla, mostrando su virilidad a Gustabo como algo súper normal para entonces vestirse con calma.
- Ay, Daddy, pero tú también me provocas - Gustabo hace un puchero y se levanta, camina un poco adolorido y se acerca a Conway - ¿Cómo quieres que reaccione cuando tú te estás cambiando frente mío?
- Tus papás nos están esperando, no podemos demorar más - Pronuncia ajustando su cinturón y ahora toma su camisa para ponérsela, pero el rubio lo impide con sus manos - Gustabo, van a sospechar.
- ¿Vas a dejarme así nomás? - Gustabo se acerca más, pero sus piernas tiemblan y pierde el equilibrio. El abogado se apura en agarrarlo de las axilas y Gustabo se aferra a sus hombros.
- Me sorprende que no puedas casi mantenerte de pie y aún así quieres coger.
- ¿Entonces me dejarás con las ganas? Papi, no seas malo - Los ojos de Gustabo se aguaron y su labio inferior tiembla.
- No quiero ser malo, pero tienes que entender que tus padres están esperando con la comida en la mesa. Piensa un poco, bebé, no te dejes llevar por la calentura-
Gustabo salta un poco y alcanza los labios del abogado y sus manos se aferran a la nuca. Conway intenta alejarse para cortar la conexión de sus labios, pero el rubio lo impide y se pega aún más.
- Daddy, por favor - Susurra con súplica, acariciando los labios del pelinegro con su lengua.
El rubio empieza a tener el control por unos segundos, aprovechando para acorralar a Conway en la pared, justo al lado de la puerta del baño y se mueve para que sus miembros se friccionen.
Conway niega con la cabeza con una expresión seria, y le da la vuelta, ahora Gustabo acorralado en la pared con el abogado encerrando su pequeño cuerpo.
El mayor le quita las prendas que cubren sus caderas hacia abajo y se saca su miembro endurecido, alza a Gustabo de los muslos y lo pega a la pared, la punta de su polla acariciando la entrada del menor.
