Thirty two🍓

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Al otro día, Conway despierta después de una noche llena de pasión. A su lado mira que Gustabo no está.

Se estira y tapa un bostezo con su mano, se levanta y se pone un bóxer ya que estaba desnudo. Entra al baño para tomar una ducha pero lo raro es que no lo encontró ahí.

Decide bañarse rápidamente, apenas sale del baño lo encuentra a Gustabo limpio, con un short y un bonito top negro con un estampado de conejito. El abogado sonrió, mostrando sus dientes.

— Hice un desayuno — Pronuncia el menor con timidez — Espero que te guste, no soy bueno para estas cosas.

El abogado se acerca al joven y atrapa sus labios suavemente, Gustabo jadea en voz baja cerrando sus ojos.

— ¿Te gusta cocinar? — Pregunta el mayor con un tono burlón.

— No soy bueno en eso, pero traté de hacerlo — Ríe en voz baja








Dos días después.

Conway pasaba por la escuela de Zoe para ir a dejarla, ella se despide con un beso en la mejilla y un "Te quiero, papá", y enseguida baja del auto, con pasos apresurados entrando a su escuela junto con los demás alumnos, mientras que Conway la vigilaba hasta que ella entrara a la institución.

Maneja en camino a una florería que quedaba cerca de aquella escuela, en unas cuatro cuadras. Baja del auto y se arregla la americana, y se coloca las gafas de aviador. La señora que vende en ese negocio se levanta de su asiento y se arregla el mandil para atender al guapo hombre que se acerca, no es un cliente nuevo, pero siempre cada que llega a su negocio impone mucho con su presencia.

— Buenos días, abogado — La señora saluda amablemente con una sonrisa.

— Buenos días — Saluda con expresión seria y mirando a todas las flores y rosas que abundaban en ese local.

— ¿Que flores o rosas desea?

Conway arruga las cejas viendo, analizando a cada flor y rosa. Pasa por el camino para mirar más, algunas ya las había comprado para Gustabo.

Pero unas flores le llamó la atención, no pareciera apartar su mirada de esas flores.

— Esas, ¿Cómo se llaman? — Pregunta apuntando el gran ramo de flores de al fondo.

La señora mira a la dirección donde el abogado apunta y alza las cejas al ver que flores llamó la atención del atractivo hombre. Se esperaba quizás unos girasoles, tulipanes, rosas de color rojo vivo.

— Oh, estas... — Se acerca al gran ramo de flores y las agarra — Son jazmines.

— ¿Cuál es el precio? — Pregunta pero luego parece arrepentirse e interrumpe a la mujer — No, toma, el vuelto todo tuyo.

La señora, sorprendida agarra el billete de gran valor mientras extiende el ramo que Jack no demora en agarrar.

— Gracias — Agradece, dándose la vuelta y acomodar las flores dentro del auto.

Maneja hasta llegar a un negocio donde venden fresas con crema, se detiene ahí y compra dos vasos grandes, una para él y otra para su conejito.

Al llegar a la casa de Gustabo, baja todo lo que compró y toca la puerta con dificultad un par de veces.

Gustabo está en llamada con su papá, quien le exigía la boda más rápida, que se va a dar al tercer día. Nadie sabe sobre ello, sus padres quieren que sea una sorpresa para el país.

Los padres de Sol estarán aquí en la tarde, puedes venir, ¿hijo? — Se escucha toser a Natael haciendo que el corazón de Gustabo se oprima más.

¡Oh Daddy!  (INTENABO) 'BDSM'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora