Conway aprieta con fuerza a su bonito chico, sintiendo el calor de su piel y el latido débil de su corazón. Cada paso que daba resonaba en su mente y en su alma, como un eco de desesperación y amor entrelazados. El rostro pálido de su chico reflejaba la lucha interna que lo consumía, una lucha en la que el abogado se sentía impotente.
— ¿Dónde está la puta ambulancia? — Pregunta con desesperación, Jessica vuelve a llorar, se estaban tardando mucho.
En medio de la angustia, Jessica, permanecía en silencio al otro extremo de la habitación. Sus sollozos desgarradores llenaban el espacio, añadiendo una capa adicional de dolor a la escena. Ver a Jessica llorar solo intensificaba la sensación de desesperación y desamparo de Conway.
Cada paso era un eco de determinación y temor, una carrera contra el tiempo para llegar al hospital y aferrarse a la esperanza de que aún no fuera demasiado tarde. El amor que sentía por él era un fuego ardiente que lo impulsaba a seguir adelante, a luchar contra la oscuridad que amenazaba con consumirlos.
Con un nudo en la garganta y el corazón latiendo con furia, el pelinegro se tambalea hasta su coche, abre la puerta trasera con cuidado y recuesta a Gustabo con mucho cuidado en el asiento. Cada movimiento era una mezcla de urgencia y precaución, consciente de que cada segundo contaba. El sonido del motor rugió cuando encendió el coche, y sin pensarlo dos veces, se lanzó a la carretera como un relámpago desenfrenado.
— Aún te necesito — Susurra con voz ronca.
Los semáforos rojos se convirtieron en meras manchas borrosas mientras aceleraba sin mirar atrás. La culpabilidad lo atormentaba, como un peso insoportable sobre sus hombros. Había ocultado su secreto de tener una familia, ocultando también la gravedad de su estado por miedo al rechazo.
El ruido del viento se mezclaba con los sollozos ahogados de Jessica desde el asiento trasero, recordándole que no solo estaba luchando contra el tiempo y la culpa, sino también contra el dolor que su amor había causado a otros. Acelerando hacia el hospital, Conway anhelaba desesperadamente una oportunidad para redimirse y encontrar perdón en medio del caos que lo rodeaba.
La noche se desdibujaba en una vorágine de luces y sombras mientras el coche de Conway se abría paso entre el tráfico. Cada segundo que pasaba era un eco de desesperación que resonaba en su pecho, alimentando la urgencia que lo impulsaba hacia el hospital.
El chirrido de los neumáticos llenó el aire cuando Conway había detenido bruscamente el coche frente a la entrada del hospital. Sin detenerse a respirar, sale del vehículo y corre hacia la entrada, con Gustabo en brazos y Jessica siguiéndolo de cerca. desesperación que resonaba en su pecho, alimentando la urgencia que lo impulsaba hacia el hospital.
— ¡Ayuda! ¡Por favor, necesitamos ayuda! — grita Conway con voz ronca, sintiendo el peso de su amor y su culpa aplastándolo — ¡No lo dejen morir! ¡Por favor, hagan algo!
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¡Oh Daddy! (INTENABO) 'BDSM'
DiversosGustabo va a celebrar sus dieciocho años en un club donde asisten personas que practican BDSM, algo muy nuevo para él. En dicho lugar conoce a un dominante con el cual se entregó y no se arrepentía de ello. Después de un año conoce a un abogado que...