Conway se encontraba en la casa de Michelle, su amiga de confianza, sumido en una mezcla de angustia y culpa. Sentado sobre el sofá, su mirada perdida reflejaba el peso abrumador de la situación. Con cada segundo que pasaba, el eco de la tragedia resonaba en su mente, y la sensación de culpabilidad lo ahogaba como un manto pesado.
Su traje estaba notablemente arrugado, como un mapa de sus emociones turbulentas y sus acciones impulsivas. Cada pliegue y arruga contaba la historia de sus desesperados intentos por contener el dolor que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.
Las mangas estaban estiradas y desgastadas en los lugares donde su mano se aferraba con fuerza a su pecho, como si tratara de contener el torrente de emociones que amenazaba con romperlo por completo. Cada vez que cerraba los ojos, podía sentir la presión de Gustabo en sus brazos, la imagen de su cuerpo ensangrentado ardiendo en su mente como una herida abierta.
A pesar de sus esfuerzos por mantener una apariencia de compostura, el traje de Jack era un testimonio silencioso de su lucha interna y su incapacidad para escapar del peso abrumador de sus propias acciones. En medio de la tormenta emocional que lo consumía, cada arruga y pliegue parecía susurrar una verdad dolorosa: que el pasado nunca podía ser borrado y que algunas heridas nunca sanarían por completo.
El silencio en la sala solo era interrumpido por el sonido sordo de su respiración entrecortada, su amiga estaba durmiendo, pues era demasiado tarde y tenía que trabajar el día siguiente y le había prometido que cuando se sintiera mejor la pondría al día con la relación que llevaba con Gustabo.
Hablando sobre ese chico que le cautivó con sus encantos, las noticias sobre él eran escasas y los padres de este último se mantenían firmes en su decisión de mantenerlo alejado del hospital. La incertidumbre sobre el estado de Gustabo lo consumía, llenándolo de ansiedad y desesperación.
Anhelaba desesperadamente noticias positivas, anhelaba poder abrazar a su chico y asegurarse de que estaba fuera de peligro. Sin embargo, la impotencia de no poder estar allí para su pareja lo atormentaba aún más, dejándolo sumido en un mar de emociones turbulentas mientras luchaba por encontrar consuelo en medio de la oscuridad que lo rodeaba.
En un intento de encontrar alguna forma de alivio temporal, había recurrido a tomar un par de tragos de whisky que reposaban en la mesa de centro frente a él. La sensación cálida y embriagadora que proporcionaba el alcohol era un escape momentáneo de la realidad aplastante que lo rodeaba. Le agradecía a Michelle por tener su bebida favorita en su casa.
Además del whisky, el olor a tabaco impregnaba el aire, indicando que había encendido un cigarrillo en un intento por calmar sus nervios y distraer su mente de los pensamientos tumultuosos que lo acosaban. El humo ondulante se elevaba lentamente en la habitación, formando una neblina difusa que reflejaba la confusión y la turbulencia interna de Conway.
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¡Oh Daddy! (INTENABO) 'BDSM'
RandomGustabo va a celebrar sus dieciocho años en un club donde asisten personas que practican BDSM, algo muy nuevo para él. En dicho lugar conoce a un dominante con el cual se entregó y no se arrepentía de ello. Después de un año conoce a un abogado que...