Marzo de 2011:
El primer trimestre fue un poco aburrido y monótono para serles sincero. Pensé que trascender del primario al secundario iba a ser un cambio más brutal y quizás para el nivel académico no lo fue del todo, aunque a nivel emocional si, y bastante. Durante las primeras semanas, tomábamos nota de las peticiones de cada profesor, los útiles necesarios para trabajar durante la hora estudiantil, la forma de evaluación, los temas que componían su cátedra y como era costumbre, la absurda presentación de cada alumno.
El curso se dividía en tres filas de pupitres, la fila izquierda donde se ubicaban los alumnos inteligentes que se sentaban cerca del docente, la hilera central o doble, donde generalmente se ubicaban los populares, aquellos que ya se conocían de años anteriores o que ya tenían un grupo amplio y quienes no hacían nada durante las clases, más que aportar su estúpido humor centrado en la burla al otro. Por último la fila derecha, donde me sentaba yo, y algunos chicos que no tenían un grupo designado, no hasta muchos meses después.
Generalmente salía de ese establecimiento a las 18:20, pero habían días en los que éramos el último turno, donde nos íbamos a las 19:40. Para algunos quizás un poco tarde, por lo que ya era de noche, pero a mi me gustaba ese horario, porque venía con mis auriculares, al ritmo de Lady Gaga, quién en ese momento había estrenado una nueva canción para dar comienzo a su próxima era musical. Tenía la costumbre de llegar a mi casa, prepararme una chocolatada con galletas, y ver su gira de conciertos que solían pasar en la televisión, que si mal no recuerdo, vi alrededor de diez veces.
Luego de ese pequeño episodio de fanatismo que suelo atesorar y rememorar con mi corazón, volvía a la realidad de las tareas extra escolares que aún tenía pendiente, y una de ellas era conseguir todo lo apuntado en esa interminable lista de útiles escolares que necesitaba para cursar en tiempo y forma.A la mañana siguiente, mi papá me acompañó a una popular librería llamada "Don Quijote".
Muchísimas personas acudían ahí durante la época escolar, por lo que, como forma de orden, era estrictamente necesario sacar un número y esperar en la vereda hasta ser atendido. Luego de permanecer en la fila por lo menos durante una hora, pudimos ingresar y mientras él compraba varias escuadras y lápices específicos para Dibujo Técnico, un par de manuales para Catequesis y Lengua, una constitución nacional para Formación Ética, como también diversos pinceles y una carpeta para Artes Plásticas, yo me iba a recorrer ese amplio lugar.
Íbamos saliendo del establecimiento, cuando noté que la carpeta era diferente a la que yo le había pedido, por lo que tuve una reacción bastante agridulce, ya que quería una que fuese simple, en lo posible de color azul o negra y ahora que lo analizo bien, hasta sonó como un capricho que mi papá debía cumplirme. Sin embargo, hizo todo lo contrario, según su criterio, por lo que afirmo que me dió una lección muy adelantada a esos años y que no supe ver hasta hoy. Esta carpeta era gris, llena de manchas de diferentes tonos y decoraciones que la hacían una muy excéntrica a la vista, todo lo contrario a lo que yo quería, porque mientras más desapercibido pasara, mejor.Llegó el tan esperado día jueves, donde iba a aquella primera clase de Artes Plásticas, consumido por los nervios, ya que no quería recibir algún tipo de burla por lo que llevaba al colegio, no más del acoso que ya recibía durante los recreos. A pesar de eso, estaba sumamente decidido a no rechazar lo que ellos pudieron comprarme con tanto esfuerzo. Mi primer trabajo práctico fue hacer un boceto, que partiera de una línea cualquiera, dibujada por la profesora. Cuando llegó mi turno, ella hizo una curva un poco compleja quizás, por lo que no habían muchas ideas en mente. La clase acabó y mi primera ilustración quedó a medias, por lo que esta se transformó en una tarea para la casa que con ayuda de mi mamá pude terminar. Luego de repetir ese concierto y admirar a mi artista favorita cantar diversas canciones de The Fame, ambos dibujamos un dinosaurio y lo pintamos de color verde, con un paisaje simple de fondo, el cual presente y aprobé con una hermosa nota.