Encanto Kitsune (Tensei Shitara Slime Datta Ken)

Capítulo 29: Victoria, sacrificio e incertidumbre

-Chicos, recuerden que el ataque con las escamas es cada 3 minutos, tiempo suficiente para preparar nuestros ataques y detener, aunque sea un poco, su regeneración – comienza a decir Rimuru

-Debemos atacar todos al mismo tiempo para que haga su efecto – segundo lo dicho, recibiendo afirmación de parte de todos

La mayoría estaban cansados, han estado mucho tiempo luchando y usando sus habilidades, que terminan gastando más magículas de lo normal.

Lo ideal sería que Milim pudiera hacerse ya cargo de la situación, pero eso no lo aceptarían los demás sin saber que dieron todo de sí mismos.

-mientras ellos están enfocados en atacar al monstruo, debo estar atenta al próximo ataque a la ciudad, espero que funcionen los preparativos – pienso para mí, sabiendo la potencia de esos láseres.

En medio de mis pensamientos, puedo distinguir que ya hostigaron mucho al monstruo, lo que quiere decir que pronto vendrá su ataque.

-Todos! Cuidado con el siguiente ataque, ¡esquívenlo! – grita Rimuru, dándose cuenta de la situación

Acatando aquella orden, todos intentan esquivar lo mejor que pueden esos láseres que fácilmente te desintegrarían.

Viendo que se producían muchos más láseres que en el anterior ataque y que llegaban cada vez más lejos, algunos se dieron cuenta de que esos podrían llegar a su ciudad que estaba bastante cerca.

-Rimuru-sama! ¡Loa láser alcanzarán a la ciudad y no tendremos con que protegerla! – informa con intranquilo Benimaru, sabiendo que su hermana se encuentra allá y muchos de sus compañeros.

-¡no podemos dejar que eso suceda! Intentaré ir y evi

-¡no te preocupes Rimuru! Sabia que esto sucedería al verlo en mi visión – los interrumpo, llamando su atención – ya hice preparativos, Shuna debería de estar lista

-mi hermana? – pregunta desconcertado Benimaru

-Shuna, es ahora, activa los pergaminos de protección – le comunico

-a la orden, Astrid-sama – me responde rápidamente, a lo que en ese momento 4 pilares de luz ascienden al cielo, llamando la atención de todos.

Aquellos pilares formaron una enorme cápsula de protección que cubría todo el diámetro de la ciudad, protegiéndola de cualquier ataque externo, incluso los láseres de Charybdis.

-cuando desperté, le pedí inmediatamente a Shuna que preparará este hechizo de protección – informo a los que tenía cerca de mí – no es algo que ella pueda generar, porque consume una enorme cantidad de magículas al ser un hechizo de gran magnitud. Predigo que solo un verdadero Señor Demonio puede destruirlo.

-entonces nee-san, como es posible hacer eso? ¿Si Shuna solo lo activó, quien lo hizo? – pregunta Rimuru desconcertado, al igual que los demás

-yo lo hice – respondo con orgullo – es mi mayor obra hasta ahora, aunque solo he podido hacer uno, es muy difícil hacerlo – suspiro cansina, recordando esa situación – en otro momento les puedo explicar como funciona, por ahora debemos ocuparnos de Charbydis

-tiene razón, Astrid-sama, pero no tenemos forma de derrotarlo aún, muchos estamos quedándonos sin magículas – explica Benimaru la situación de la mayoría

-tenemos que buscar una forma de vencerlo – habla ahora Yusei con frustración

-y la hay – digo, llamando nuevamente su atención con signos interrogantes sobre sus cabezas – Milim!! – llamo a la susodicha, despertándola de su aparente siesta