[Jujutsu Kaisen BL]
Las cosas han cambiado para la sociedad e Itadori Yuji se dedica a ensuciarse las manos en una ciudad donde las cosas cada vez se vuelven más crueles. Ha experimentado en carne propia todo tipo de tragedias, pero llegó un punto e...
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« Cazador... ¿O no? »
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—¿Vas a salir otra vez? —cuestionó Sukuna mientras veía a Yuji, el cual se vestía con ropa oscura y se armaba con un sinfín de armas que había conseguido en el mercado negro.
—Sí.
Yuji no dijo nada más, la verdad es que parecía que no tenía nada que agregar, pero seguía sintiendo la insistente mirada de su hermano sobre su espalda mientras se colgaba el rifle en la espalda. Iba a dejarlo sólo una vez más, a un niño, en un lugar en el que no estaba seguro ni siquiera dentro de su pequeño y destartalado departamento.
—Cierra todo —Yuji volvió a hablar—, asegura la puerta y cierra las ventanas bien, baja las cortinas, a penas salga pon la toalla en la rendija de la puerta. Cubre cada rendija, Suna.
—Que no me llames así —se quejó Sukuna mientras fruncía el ceño al sentir como su hermano le revolvía el cabello antes de pasar por su lado.
—Eras Suna para mamá.
Sukuna no pudo decir nada ante las palabras del mayor y sólo asintió en silencio cuando recibió el abrazo de Yuji, se llevaban nueve años de diferencia y podía sentirse todo un hombre ya, pero sabía que cuando se trataba de ese sitio... Yuji tenía más experiencia ocultando su presencia, así que simplemente debía escucharlo si quería sobrevivir, porque podía ser un idiota, pero sabía que siendo un "mocoso", no podría hacer nada contra todos esos Deltas que rondaban las calles de Hela. Eran como hormigas, si olían a un Alfa, en minutos acabarían con él y dejarían sólo un cascarón vacío... un cadáver tirado en medio de la calle.
—El arma está bajo la mesa de noche —Yuji se separó de Sukuna—. Te pondré una dosis de supresor antes de salir.
Yuji caminó por la habitación. Estaba todo lleno de pósters de viejas y nuevas sagas de videojuegos, había figuras de los mismos. Era la típica habitación desordenada de un par de chicos, pero las ventanas estaban cubiertas con madera y una cortina. La pintura de algunas paredes comenzar a descascararse y la vieja alfombra en el suelo tenía algunas manchas de dudosa procedencia. Era lo mejor que habíam podido conseguir con lo que obtenian con el taller.
