CAPÍTULO XIV

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14: “Huir”

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14: “Huir”

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Ni siquiera había tenido la fuerza—más mental que física— para regresar a casa, sus piernas simplemente lo dirigían por un sendero sin rumbo por las calles de Hela y su mirada se mantenía perdida luego de que hace varios minutos hubiese hecho oídos sordos a Toji, el cual lo había tratado de detener reiteradas veces. No quería estar con él, ni con nadie más, no necesitaba oír pésames ni palabras vacías, porque en ese lugar, en su círculo, no se encontraba ni una sola persona que pudiera comprender aquello que estaba apuñalando su corazón una y otra vez, eso que su cerebro no aceptaba.

“Cuida a Suna” resonaba en su mente mientras daba pasos cortos, sentía sus piernas temblar, como si en cualquier momento fueran a ceder. “Lo dejó en tus manos, Yuji”. La voz de su madre era un eco interminable, daba vueltas cada una de las promesas que le había hecho a Kaori, porque Sukuna fue siempre el mayor tesoro de la familia; y lo perdió.

Jin también se lo pidió encarecidamente antes de morir, y su abuelo lo hizo igualmente hasta la muerte. Cada uno de ellos siempre cuidó de ambos hijos de la familia, como si fueran el mayor de los tesoros, llenos de vida, cargaron con el futuro de los Itadori. De algún modo, ellos esperaban que Yuji fuese aquel que cambiaría las cosas en la ciudad, al ser hijo de un hombre perteneciente a los altos mandas, se esperaba que hubiera heredado el mismo amor por su hogar y que al crecer hiciera justicia y llevara a un gran grupo de Alfas a la cima de Hela, pero claramente eso no pasó, Yuji ni siquiera se encontró cerca de hacer que las cosas regresaran a lo que significaba normalidad, porque jamás le interesó. Sólo quiso cuidar a su hermano y lograr que él llegara más lejos que todos los demás, que Sukuna prosperara fuera de la ciudad.

No pudo.

No quería regresar a casa sin su hermano, y en un intento de huir... simplemente dejó su cuerpo a la intemperie, negando rotundamente las palabras del moreno al que dejó atrás. Ese maldito le había dicho que debían sepultarlo, pero Yuji como un cobarde trató de huir del dolor y simplemente, corrió en la dirección más lejana a esa zona, se alejó tanto de casa qué ya ni siquiera reconocía el lugar en el que se encontraba... era un barrio tan acabado como los demás de Hela, pero a su alrededor podía oler demasiados Betas, eran pocos los Deltas que se encontraban allí, muchos de ellos lo veían con desconfianza, no lo conocían, jamás lo habían visto antes en ese sitio. Un barrio pequeño y oscuro de Hela, eran pocas las luces de neón que se levantaban allí.

Hunter Oddisey | TojiIta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora