Guía para enamorar a tu crush pt10

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Érase una vez... estoy perdiendo y lo sé.

-Accediste a venir, ahora te aguantas. -Le respondo a Oriol, que me mira con cara de: "voy a golpearte, ¿puedo golpearte? Quiero golpearte". -También podrías tomar tus cosas e irte.

- ¿Qué persona normal viene a un mirador a las 4 de la madrugada?

-En primer lugar, tú no eres normal, guarda tu juicio.

-Cierto. Buen punto, pero ya estoy aquí y no creo que en esta parte de la ciudad haya cobertura para pedir un taxi.

-Solo cállate y no me jodas. Te dije que iba a salir y tú insististe en venir conmigo.

-Pensé que ibas a follar con Lucas.

- ¿Por qué lo pensaste?

-Porque ustedes sí han follado. Es otra cosa que no entiendo. ¿Cómo pueden ser mejores amigos que se cogen, pero no se enamoran? Según la psicología lo más común es que terminen enamorados.

Solté una gran carcajada y me tiré a la manta que estaba en el césped.

Limpié bien mis lentes y sonreí al apreciar la hermosa noche estrellada.

Venir un día de semana a este mirador a estas horas garantizaba paz y eso a mí me gusta.

Saqué de mi bolsillo una cajetilla de cigarros y Oriol me vio extrañado cuando lo encendí y le di una calada.

-No sabía que fumabas.

-No suelo hacerlo, pero me gusta hacerlo aquí, a estas horas, cuando mi mente logra vaciarse para que resuene el espeso silencio.

-Te vez muy varonil justo ahora, Jin. Pensé que ya había visto todo lo interesante de ti.

-No lo has hecho, Oriol. Las personas nunca terminan de conocerse a sí mismas, menos van a conocer por completo a otra. Predecir y conocer no es lo mismo.

-Un punto muy objetivo, Jin. Desde que te dije de mis mentiras, el no tener que fingir y poder charlar contigo se ha vuelto algo muy agradable para mí.

-Yo no pienso lo mismo. No importa qué, eres un dolor de cabeza.

Apagué lo que restaba del cigarrillo y me tumbé de espaldas para contemplar más cómodamente la espesa madrugada estrellada.

Oriol se queda en silencio y se acurruca contra mi cuerpo.

No es la primera vez que tenemos este tipo de contacto tan íntimo, pero si es la primera vez que lo hace después de exponer entre nosotros mis sentimientos.

Mi cuerpo se relaja a su cercanía y mis manos acarician sus cabellos.

Me gusta esto. Mucho.

-Gracias. - Murmura contra mi cuello- Es muy tranquilo aquí. Gracias por traerme.

-Agradece con tu silencio. Suelo estar horas aquí sin emitir más sonido que mi respiración.

-Pero me trajiste, eso significa que no piensas estar en silencio. - Su risita traviesa me contagia a mí también y por un momento observo su perfil.

Por un momento admiro su belleza.

Por un momento imagino que está bien enamorarme tan patéticamente de él.

Solo por un momento.

El nudo en mi garganta se hace notar y la reconocida punzada al corazón llega de la misma forma cruel que todos estos años en los que he tenido que tragarme mis sentimientos yo solo.

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