La muerte no es solo perder la vida, ¿De qué forma has muerto alguna vez?
-Escúchame Oriol, más te vale dejar de mirarme así. - El chico con el cual comparto esta clase se ve exaltado. Como incómodo y buscando dónde descargar sus emociones, pero se las iba a tener que ir bebiendo porque yo tampoco estoy de humor.
Por el bien de la paz universitaria, yo me haré el desentendido y continuaré con mi vida como hasta ahora: sin cometer asesinato.
-Escucha, no te miro a ti, es solo que estás en medio. - No me empeño en disimular mi mal genio de mierda.
-Oriol, ¿Qué sucede? Hoy... hoy no pareces tú. - Jemmy me mira con preocupación y repentinamente siento nauseas.
A nadie debe de importarle mi existencia. Solo debo ser lindo y existir hasta que todo se vaya al carajo.
Como hoy.
Hoy Lucas le estaba comiendo la boca a Jin en el baño de su facultad.
Técnicamente eso no viola nuestro trato de exclusividad, pues no dijimos nada de no besar a nadie. Solo de no coger con nadie, sin embargo, el que Jin lo besara con los mismos labios con los que me dice que me ama... Me pone de mal genio.
Soy egoísta y jodidamente posesivo. Un completo tóxico, pero eso es algo que Jin ya tiene en claro.
La forma en que esos dos se miran, el cómo se sonríen. La fluidez con la que conviven me provoca dolor de cabeza.
¿Cómo pueden ser así y no estar enamorados?
¿Por qué Jin me ama si bien pudo amar a Lucas?
¿Por qué Lucas?
¿Por qué demonios tú...? No, esto tenía que suceder.
Sí, no es momento de pensar, sino de aprovechar.
Aún con el mal genio dominando mi mente por completo, me pongo de pie e ignoro a todos esos herejes que se creen mis amigos para encaminarme fuera de la universidad.
No soporto estar aquí. No quiero estar en ninguna parte.
Sería bueno simplemente desaparecer.
Ese simple pensamiento es refrescante, pero muy frecuente en mí.
Veo los ojos de Jin cuando me dice que me ama y no creo que exista forma de que aquellos ojos en negro intenso me mientan cuando la veneración es casi palpable.
Sus manos suelen acariciarme con delicadeza la mayor parte del tiempo y por mucho que le cueste reconocerlo, Jin es una persona detallista y amable. Un hombre atractivo, bondadoso, sincero y fuerte.
Y todo eso no sirve de nada, ¿No es así, Oriol?
Detesto esa voz en mi cabeza.
Mis pies se mueven por si solos y en menos de lo que me doy cuenta ya estoy pagando un montón de licor barato en la licorería de la esquina cercana y la introduzco en mi mochila para que el guardia de seguridad no me toque los cojones.
Subo a nuestra habitación y comienzo a beber directamente de la botella.
La primera botella se acaba y la segunda ya lleva el primer trago hasta el fondo. El techo me da vueltas por consumir tal cantidad de alcohol en poco tiempo.
Caigo de la cama y lo único que soy capaz de hacer es reírme sin gracia alguna mientras mi cuerpo y mente se sentían más lentos.
Tercera botella.
Estoy realmente ebrio, pero eso no me impide saber que Jin abre la puerta y cierra tras de sí.
-Buenas... Noches... ¿Qué demonios es esto, Oriol? ¿Ligaste vodka, tequila y Ron?