Prólogo: No importa cuánto corras, el infierno siempre tentara a tu alma.
La vida es supuestamente un hermoso regalo dado al ser humano, pero ¿cómo resistes la crueldad del propio ser que te trajo al mundo?
Ya las lágrimas no fluyen y simplemente me quedo en silencio mientras ese hombre asqueroso me desnuda y toca a su antojo.
‘’Cada vez estás más delgado, Neithan, sin embargo, tu cuerpo sigue igual de exquisito.’’
Su lengua áspera recorre mi cuello y cuando ya está cerca de la comisura de mis labios, dejo entrar todo lo que quiera. Su espesa saliva trata de ahogarme en pleno beso que no correspondo, así que el líquido sale de mi boca y resbala por mi barbilla.
Sus manos callosas pellizcan duramente mis tetillas, pero no grito. No lloro, no me quejo, no emito sonido alguno ni siquiera cuando mi cuerpo es girado. Sé que él no sabe preparar, por ende, me relajo para que no sangre cuando empuje su grueso eje en mi interior.Su cuerpo regordete suda en demasía al tener el mínimo de trabajo físico, así que me sorprende tener lágrimas que derramar por lo repugnante que me siento por continuar vivo.
Lo más deprimente es no tener fe en nada. No sirve de nada implorar a Dios, yo ya lo hice incontables veces y no obtuve ayuda de nadie, sólo la escalofriante risa de mi supuesta madre ante mi sufrimiento.
Su rostro bello y femenino burlándose de mi tormentosa vida y repulsiva situación.
Soy patético.
Muerdo mis labios cuando sus embestidas se vuelven más bruscas y me temo que ya estoy siendo desgarrado nuevamente por su forma tan incorrecta de coger a un hombre.
‘’Tan precioso niño. Precioso, precioso.’’
Sus dientes encajaron en la piel de mi hombro con la misma violencia con la que llenaba mi interior con su hediendo esperma.Tan pronto como termina sale de mi interior y se viste para largarse.
Mi cuerpo sigue lánguido y lo único que soy capaz de hacer es encogerme en posición vertical y pensar.Por más que me esfuerzo, no recuerdo un solo día en que no haya pasado esto.
Ni uno sólo.
De hecho, solo soy capaz de recordar la primera vez que ella dejó que alguien pusiera algo más que dedos en mi culo virginal e infantil… Creo que ella dijo que tenía 6 años esa vez ¿o tal vez eran 5? Sinceramente no lo recuerdo. Solo sé que un señor muy alto y grande sacó su enorme miembro y lo introdujo en mi pequeño y desnutrido cuerpo.
Así siguió siendo todos los días, sin excepción alguna. A veces varias veces al día, a veces con 3 personas a la vez, a veces soportando conductas sexuales que herían algo más que mi cavidad anal.
Es una miseria vivir en tales condiciones, pero ser menor de edad y vivir en un sótano en el que a penas se me da agua y una comida al día, no me permite esperar un milagro de nada o alguien.
Así que solo soy capaz de llorar si las lágrimas están dispuestas a salir, justo como ahora.
‘’No me importa ofrecer mi alma. Si alguien puede salvarme, ayudarme o matarme, felizmente iré al cielo o al infierno. Sea quien sea, solo necesito ayuda… solo quiero ayuda. Así que, por favor, por favor, si existe alguna entidad que pueda escucharme, por favor aparezca y haga conmigo lo que sea. No importa el precio que deba pagar, ella y yo no podemos vivir en el mismo mundo’’.
Luego de eso quedé dormido, al parecer, o quizás, solo caí inconsciente por el daño causado a mi débil anatomía.
Al retomar la conciencia casi pego un grito. Sentía a alguien abrazarme en cucharita. Era cálido y muy aterrador.
Hoy ya había atendido a 3 hombres y el último me dejó en un estado muy lamentable. No podía creer que ella dejará entrar a alguien sin siquiera haberme dado un calmante al dolor.