LAURENAlejarme de Camila Cabello fue lo más duro que tuve que hacer en la vida. Y eso ya era decir bastante si teníamos en cuenta que había sido la responsable de la muerte de mis padres y posteriormente había heredado una compañía multimillonaria, el Loto Escarlata, que dirigía junto a mi enemigo mortal, David Stone.
David había sido una vez mi mejor amigo hasta que volví de un viaje de negocios y me lo encontré tirándose a mi chica, Julie, en la bañera. No hacía falta decir que Julie ya no era mi chica. Una paria, sí, pero mi chica, no. Todos esos sucesos me habían llevado sin darme cuenta hasta Camz. Todavía no tenía muy seguro si debía estar resentida o feliz sobre ese hecho. Había oído hablar de una organización clandestina que procuraba mujeres para venderlas al mejor postor. Todo era muy ilegal, por supuesto, tal y como debería ser el tráfico de personas, ya fuera voluntario o no. No obstante, estas mujeres accedían a convertirse en la propiedad del ganador de cualquier forma que estos requirieran. Yo puede que no haya confiado en las mujeres tras el fiasco Julie/David, pero era humana y tenía necesidades, al igual que cualquier otra persona. Así que cuando oí hablar sobre la subasta, esta pareció ser la mejor ruta que seguir.
Scott Christopher era el propietario del Foreplay, un club que de cara al público se encargaba de las trastadas que vinieran a hacer los universitarios, mientras que por detrás se llevaban a cabo las subastas. No me gustaba Christopher en lo más mínimo, pero no había ido allí para hacer amigos.
Solo había tenido un único propósito en mente, y yo siempre conseguía todo lo que quería.Camila Cabello era una virgen de veinticuatro años. Inmaculada, indómita. Perfecta. Los dos millones de dólares que pagué por poseerla durante dos años fueron, desde luego, una muy buena inversión.
Dos años para hacer con ella todas las guarradas que quisiera, como y cuando yo quisiera. Y lo hice. Aunque no había esperado que tuviera cero experiencia con el sexo, me gustó ser yo la que llegara a enseñárselo todo.
Era una alumna excelente. Aceleraba el proceso de su educación hasta el punto en que yo misma pensé que la mujer iba hasta a matarme. Un bonus añadido era que venía armada con una actitud respondona. Pensarás que aquello sería un desencanto. Pero en realidad fue más bien lo opuesto; no había hecho más que ponérmela más dura.Dimos muchas vueltas y otros tantos cabezazos, pero al final la cosa siempre
terminaba con mi polla enterrada hasta el fondo de su delicioso coño y ella gimiendo mi nombre. Yo era una diosa del sexo y ella otra diosa; hasta que descubrí que en realidad ella era un ángel y yo, el diablo disfrazado.Si hubiera sido la mitad de lista de lo que había pensado que era, habría contratado a alguien para que investigara el pasado de Camila desde el principio. Pero no. Era una cabrona sin moral ninguna, de ahí que hubiera comprado a un maldito ser humano.
Al final resultó que Camila Cabello había llevado a cabo el mayor de los sacrificios. Se había vendido a sí misma para salvar la vida de su madre.
Sinuhe Cabello necesitaba un trasplante de corazón.
El problema era que la familia Cabello no se lo podía pagar, ni tampoco tenía seguro médico. Alejandro, el padre de Camz, había perdido su trabajo tras haber faltado tanto por cuidar de su mujer. Las empresas estadounidenses podían ser unas cabronas insensibles a veces, preocupándose más de los beneficios que de las personas que eran la razón de que las cosas les fueran tan bien. Pero lo hecho, hecho estaba. Todo lo que podían hacer era luchar por seguir adelante y aferrarse a la esperanza. Esa esperanza vino con los dos millones de dólares que pagué por Camz.
Qué altruista de mi parte. No creo que aquello hubiera sido lo que mi querida madre fallecida, Clara, hubiera tenido en mente cuando comenzó con la campaña benéfica en el Loto Escarlata. Michael tampoco habría aprobado mi decisión en lo más mínimo.
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De compra a corazón (Lauren gip)
SonstigesCamila Cabello tiene un secreto. Cuando un asunto de vida o muerte amenaza con acabar con su familia, Camila decide hacer un sacrificio muy especial. Se ofrece en puja en el club erótico más exclusivo de Chicago. Ahora, Camila es propiedad de Lauren...