—Maldición —Murmuró, frunciendo el ceño con ahínco.
Sobó su palma con la otra mano pero sin embargo el ardor era más intenso. El señor Jeon le preguntó si estaba bien desde su puesto pero la atención de Jimin estuvo en Jungkook, quien había dado unos pasos adelante para mirarlo con atención.
Quien se acercó a él para ver qué tan grave estaba su mano, fue Junhee.
—¿Te duele mucho? —Le preguntó con preocupación, apretando sus labios pintados e inspeccionando su mano con detenimiento.
—Más o menos.
Sus intensos ojos azules parecían estudiarlo como queriendo saber si decía mentiras.
—¿Seguro? Porque no se ve nada bien y parece que necesitarás algo más que hielo y agua fría —Contestó con las cejas alzadas y Jimin asintió dubitativo —. Jungkook, saca el ungüento para quemaduras que está en mi bolso, por favor.
El nombrado asintió con la cabeza y rebuscó en la cartera de su hermana hasta encontrar una cajita larga. Se acercó a ambos y la abrió, esparciéndose un poco por sus propios dedos.
—Cubre bien su mano. Con cuidado —Le indicó, a lo que Jungkook asintió con serenidad. Agarró la muñeca de Jimin con delicadeza y empezó a esparcir la crema por toda la palma de su mano.
Jimin pudo sentir como su toque cosquilleó pero no reaccionó a ello, demasiado concentrado en mantener un rostro inexpresivo en todo momento.
Cuando Jungkook se separó sin dedicarle una mirada, Junhee aclaró su garganta y le sonrió al rubio.
—Deberás aplicarte esta crema tres veces al día, y cuando llegues a tu casa te lavas la mano con agua fría si sigue ardiendo.
—Está bien, gracias —Le dijo con una sonrisa apenada. Asintió con la cabeza y recibió el tubo de crema que Junhee le dio.
Jimin hizo ademán de volver a tomar la cafetera pero Jungkook lo detuvo, agarrándolo por el codo para detenerlo. El rubio se separó evidentemente descolocado y abochornado por tanta cercanía, además de que volvió a sentir la punzada en su pecho ante el tacto cálido de su mano.
—Yo lo hago por usted —Susurró con una sonrisa de boca cerrada y le arrebató la taza vacía en su mano y el vaso de la cafetera —Siéntese mientras termino con esto.
Asintió como pudo y tomó asiento detrás del escritorio. Se desabrochó el saco del traje, se puso una pierna sobre la otra y apoyó ambos codos de la mesa para empezar a contar la colaboración de las Empresas Jeon y las Empresas Park que tenía en mente. Jungkook lo escuchaba con atención mientras servía las bebidas de cada uno, sonriendo de vez en cuando ante el entusiasmo que demostraba Jimin y la manera en que sus ojos oscuros se entornaban.
El señor Jeon asintió a sus palabras y opinó acerca de la visión que tenía Jimin de acuerdo al plan, incluso Junhee, quien era la que menos comentaba en esos casos (satisfecha con las opiniones que imponían su padre y hermano) decidió dejar en claro algunos puntos.
Finalmente, el trato se cerró con un apretón de manos entre el señor Jeon y Jimin, quien no evitó sonreír con gusto.
Su padre había llegado a tan solo minutos después de cerrar el trato. Saludó a todos con una sonrisa grande y recibió halagos de parte de Jeon Hwan mientras la señorita Junhee atendía una llamada y Jungkook se quedaba a admirar la vista del ventanal.
Jimin se acercó para ponerse a un lado de él, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y un rostro inexpresivo.
—Hay mejor vista aquí que en el balcón de mi habitación —Soltó Jungkook, alejándose los mechones de su pelo castaño que tapan su frente —. Debe ser impresionante ver el atardecer desde aquí, ¿no?
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DESTINOS ENLAZADOS | KOOKMIN
FanfictionJimin estaba casado con el hijo de su jefe, un Alfa irrespetuoso, hostil, idiota y malhumorado que no lo valoraba. Desde hace tres años, había vivido bajo la sombra de un hombre poderoso a quien no amaba y cuyo temperamento detestaba. No soportaría...