Lo único que supo de Jungkook en los siguientes días, fue que se encargó por su propia cuenta de descubrir a la persona que había puestos las cámaras en su departamento. Jimin quiso saber más, pero el Alfa se mantuvo al margen de la situación y prefirió no contarle demasiado; unos chicos cercanos a él que pertenecían a la policía lo ayudaron para acelerar el proceso. No se sorprendió cuando le dijeron que su acosador era su propio esposo, Kim Hanseol.
Cuando lo fueron a buscar a la casa con una orden policial, no estaba. No estaba ni la mitad de su ropa en el closet y la mayoría de sus pertenencias tampoco. Se había ido. A dónde. No lo sabían.
Jungkook estaba enojado y Jimin quería consolarlo de alguna forma. Abrazarlo para decirle que estaba bien, que no tenían que poner a Hanseol entre las rejas. Porque no lo lograrían, manejaba mucho dinero y podía pagar la fianza. Pero no lo hizo. No se acercó al castaño porque sabía que sería aún más doloroso irse, y realmente necesitaba ese viaje para aclarar su mente.
Había comprado el boleto para su primer destino; Venezuela. Estaba haciendo las maletas mientras Taehyung y Hyunjin se encargaban de instruirlo, asegurándose de que tuviera unas buenas vacaciones. Dejó de doblar sus pantalones y le dio una mirada incrédula al peli-gris.
—No es primera vez que salgo del país.
—Pues parece —Acotó el de piel bronceada, señalando la cantidad de objetos personales sobre la cama.
—Es que estoy nervioso.
Hyunjin dejó de navegar en el menú de HBO y miró a sus amigos, parpadeando calmadamente.
—¿Por qué estás nervioso? —Le preguntó el peli-negro con extrañeza, acomodándose las mangas de su suéter tejido —. Si lo dices por Jungkook, creo que él estará bien sin ti. No lo conozco lo suficiente, pero tengo la certeza de que te esperaría el tiempo que sea necesario.
El Alfa sonrió ante las palabras de Hyunjin. Asintió frenéticamente con la cabeza.
—Te irás de viaje y cuando vuelvas se casarán, tendrán cinco hijos y un perro y serán felices para siempre —Aplaudió con emoción, sacando el tercer pote de crema corporal que Jimin había metido en la maleta —. Saca eso, no puedes llevar tantos artículos. Puedes comprarlos cuando llegues si quieres, pero lleva justo lo necesario.
Suspiró, haciéndole caso a Taehyung.
—Se oye bonito lo de casarme con Jungkook, pero lo de tener cinco hijos —Abrió los ojos en una mueca, sacándole una risa al peli-gris. Hyunjin revoloteó los ojos —, eso no tanto. Son demasiados. No soy una máquina de bebés.
—Cinco bebés es mucho —Dijo el otro Omega, de acuerdo.
—Yo tendría cinco bebés, seis y hasta siete —Comentó Tae, encogiéndose de hombros —. Si fuera Omega no tuviera problema en concebir un equipo de fútbol.
—Eso lo dices porque no eres Omega. Si lo fueras, no pensarías en tener hijos —Murmuró Jimin, acercándose al armario para sacar más ropa, pero en el intento se cayó una prenda negra y larga. La gabardina de Jungkook que le había prestado. No recordaba haberla guardado ahí. Seguramente lo hizo a propósito. Tenía su olor reconfortante aún.
Sonrió y la metió en la maleta para llevársela con él.
—¿Qué hora es? —Inquirió Hyunjin distraídamente, con su atención en la pantalla del televisor donde se reproducía una serie sueca de un príncipe y un chico ordinario.
—Ya deberíamos irnos —Balbuceó Taehyung, viendo la serie embobado. En la pantalla los protagonistas se estaban besando —. ¿Ese de rizos es Simon, verdad?
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DESTINOS ENLAZADOS | KOOKMIN
FanfictionJimin estaba casado con el hijo de su jefe, un Alfa irrespetuoso, hostil, idiota y malhumorado que no lo valoraba. Desde hace tres años, había vivido bajo la sombra de un hombre poderoso a quien no amaba y cuyo temperamento detestaba. No soportaría...