Tres días después
—Quiero el divorcio.
Jimin lo estaba mirando neutral.
Había tomado una decisión y nadie lo haría cambiar de opinión. Estaba empezando a aclarar sus pensamientos y separar lo que debía hacer de lo que quería hacer. Era por eso que se encontraba sentado frente a Hanseol, con las manos entrelazadas y la mente clara.
Tenía que parar de pensar en lo correcto para pensar en su felicidad. Por eso lo había llamado y ahora estaban sentados en su oficina.
Su esposo, futuro ex-esposo, frunció las cejas y se cruzó de brazos, recostándose del respaldo de la silla.
—¿Me llamaste en medio del trabajo solo para eso? ¿Para decirme lo que ya sé? —Cuestionó Hanseol a la defensiva, dándole una mirada fugaz a su alrededor.
—Quiero hablarlo bien, sin rodeos. Y para eso tuve que citarte aquí porque últimamente no estás en casa.
—¿Y tenías que mentirme?
Jimin lo miró fijamente. Se levantó de la silla giratoria y caminó por la oficina con las manos detrás del cuerpo.
—Viniste rápido así que supongo que todavía te importo un poco —Murmuró con voz neutral —. Y como te sigo importando, me imagino que te importa también que yo sea feliz, así que no te seguirás negando al divorcio, ¿verdad?
Hanseol lo miraba dar vueltas por la oficina, haciéndolo marearse por estar siguiéndolo con la mirada.
—Ya hablé con mi abogada —Dijo Jimin, quitándose el saco color crema del traje y poniéndolo en el respaldo de su silla —. Estará comunicándole a tu abogado todo lo que yo le comunique al mío.
—Jimin, al contrato le faltan dos años.
—Y no pienso seguir esperando más.
—Estás siendo egoísta, Jimin.
—No más que tú, Hanseol.
El susodicho suspiró pesadamente. Se puso de pie aún de brazos cruzados y se quedaron mirando mutuamente.
—¿Crees que tu padre estará feliz con esto? —Cuestionó el peli-negro, esbozando una sonrisa divertida —. No le hará bien enterarse que su niño adorado se divorciará del hijo de un importante empresario, ¿no crees?
Jimin arrugó la nariz cuando Hanseol empezó a soltar feromonas. Su aroma de romero inundó sus fosas nasales y sintió náuseas seguidas de un dolor en el estómago. Lo detestaba.
—Me estás manipulando.
—Tal vez —Hanseol sonrió ampliamente, acercándose a la puerta para irse —. Piénsalo mejor, Jimin. No querrás provocarle una angustia tan grande a tu padre que pueda cobrarle la vida.
El rubio se acercó a él con una mirada amenazadora.
—No juegues con eso.
—No estoy jugando, mi amor. Solo te advierto —Puso la mano en la manija y abrió la puerta. Antes de irse le lanzó un beso a Jimin —. Te veo luego, esposito. Y no pienso darte el divorcio, no te daré el privilegio.
—Eso lo hablas con mi abogada.
—¡Chao!
Cuando la puerta se cerró, pudo suspirar pesadamente.
—Idiota.
Volvió a sentarse frente al escritorio para seguir con su trabajo pero unos toques en la puerta lo detuvieron.
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DESTINOS ENLAZADOS | KOOKMIN
FanficJimin estaba casado con el hijo de su jefe, un Alfa irrespetuoso, hostil, idiota y malhumorado que no lo valoraba. Desde hace tres años, había vivido bajo la sombra de un hombre poderoso a quien no amaba y cuyo temperamento detestaba. No soportaría...