DESTINOS ENLAZADOS | KOOKMIN

16

Su teléfono seguía sonando sin parar. Lo había estado ignorando por más de media hora, pero en la pantalla se estaba reflejando el nombre de Hanseol, por lo que no podía seguir esperando. No quiso colgarle porque prefirió atenderle y acabar con eso.

—¿Sí?

—¿Omega?

Contuvo una maldición, inhalando fuertemente y contando hasta tres.

—¿Qué pasa? ¿Estás considerando el acuerdo del divorcio?

—Ya quisieras.

—¿Para qué me llamas a esta hora? Estoy trabajando —Fue claro.

—Estaba pensando en ti y quise llamarte para saber cómo estabas. Anoche regresé temprano a casa y no te vi, ¿me puedes explicar por qué no estabas esperándome?

Alfa idiota.

—¿Ahora quieres recuperar todo el tiempo perdido? Creo que es muy tarde para eso. Ya cometiste un error que no tiene arreglo.

—¿Qué tiene de malo querer ganarme tu amor de nuevo?

—Ya no mereces mi amor, Kim Hanseol.

Se escuchó una risa al otro lado de la línea, una risa seca y sin gracia.

—¿Por qué no estabas en casa? ¿Ya te conseguiste a otro Alfa, mi amor?

Puso los ojos en blanco con una mano en la cintura, viendo hacia el techo con cansancio. Cada vez era más difícil mantener una conversación con Hanseol. Se estaba volviendo más insoportable.

—Ya quisiera conseguirme otro Alfa... —Murmuró sin pensar, con ganas de molestarlo. Han soltó un gruñido y Jimin sonrió suavemente —, así no tuviera que pasar el celo solo, y mis noches... serían menos solitarias.

—Nadie puede hacerte lo que yo, Omega.

—¿Eso crees?

—Estoy seguro.

Jimin recordó a Jungkook, borrando la sonrisa que estiraba sus labios.

—Quizás estás en lo cierto... pero lo que sí sé, es que ya no siento nada por ti más que... desprecio y pena —Bajó la voz, ganándose otro gruñido del Alfa —. La próxima vez que me llames espero que sea para firmar los papeles de divorcio. Si lo haces más difícil, vendrán cosas malas para ti. Y dudo mucho que lo disfrutes.

—Ni se te ocurra colgarme-

Y le colgó.

Puso una expresión seria y apagó la pantalla de su teléfono, colocándolo sobre la mesa del escritorio y reteniendo un gruñido de enojo. No sabía cómo pudo haberlo soportado por tanto tiempo. Estaba ciego cuando aceptó casarse con él para beneficio de su familia. Aún cuando no lo amaba y gracias a su decisión terca, sus padres no pudieron hacerle cambiar de opinión.

Había sido un estúpido e inmaduro.

Por otra parte, hace dos días que no había visto a Jungkook por la empresa. Se estaba acostumbrando a encontrarselo por los pasillos o verlo entrar a su oficina con una bolsa de papel y un café latte para él. Se preocupaba por su bienestar y eso le gustaba, aunque prefería relacionarse más con él sin sentir que su lobo lo sofocaba con pensamientos y peticiones que no podía cumplir.

Jimin tenía que darse su lugar.

No podía estar detrás de un Alfa mientras estaba casado con otro, a pesar de que no lo amaba y que no le debía nada. Pero para él era importante mantener su dignidad, así que no volvería a caer por Jungkook hasta que pudiera...