Ningning le sonrió con dulzura a Jimin y lo miró durante unos segundos en los que él frunció el ceño y le miró como si estuviera loca.
—Hola —dijo mirándolo solo a él—. Me da gusto verte de nuevo.
Por un momento, el menor de los Kim se quedó en silencio, demasiado consternado por su llegada junto a Jennie como para hablar.
Fue Taehyung quien intervino y dio a su hermano una mirada de advertencia anticipada.
—Ve con Jennie —dijo a Ningning—. En un momento estaré con ustedes.
La joven asintió y volvió a sonreír a Jimin, quien seguía serio e impersonal.
—Tal vez más tarde podamos conversar —dijo ella mirándolo.
—No lo creo —respondió Jimin en tono tajante—. Estaré muy ocupado.
—Claro, en otra ocasión —aseguró ella para después darse la vuelta e ir hacia las habitaciones con su hermana.
—No tienes que ser tan grosero —dijo Taehyung.
—Discúlpame por no invitar a dar un paseo a la chica que ha intentado darme caza desde que tenía dieciocho —respondió mirando a su hermano—. No pienso caminar en medio de margaritas con ella, no me interesa y no soy un caballero para hacérselo saber con una nota perfumada.
—Solo… sé amable.
Jimin parecía muy molesto y sin más siguió a su hermano mayor al despacho en espera de muchas explicaciones.
—¿Qué diablos es todo esto? —preguntó Jimin mientras iban de camino—. ¿Porqué la has traído?
Taehyung no se detuvo a escuchar a su hermano y fue directamente a su despacho donde los otros tres le siguieron en fila no sin antes mirar a Jackson tratando de comprender.
—¿Por qué me miran a mí? —cuestionó el chino excusándose ante las miradas acusatorias—. Yo solo soy un sirviente del rey y sigo sus órdenes.
—Como si de verdad lo hicieras —musitó Yoongi—. Dime que no se va a quedar aquí.
—Eso solo lo puede responder el rey —dijo Jackson—. Yo no puedo decir sí o no porque no entiendo un carajo lo que pasa.
Se adentraron con Taehyung en el despacho y le miraron demandantes, exigiendo una explicación que parecía tardar más de lo que esperaban.
—Está enferma —dijo el rey como única defensa y Jimin hizo un gesto de fastidio al escucharlo—. No puedo simplemente dejarla a su suerte.
—¿Qué tiene? ¿Tos? —inquirió Hoseok soltando un bufido—. ¿¡Qué demonios pasa contigo!?
—Taehyung, ¿qué diablos es todo esto? —preguntó Yoongi—. Esa mujer te ha hecho demasiado daño como para que ahora seas condescendiente con ella.
—No debería darles una explicación pero…
—¿¡Que no deberías!? —farfulló Jimin alzando la voz—. ¿Te olvidas que esta casa también es nuestra? Parece que sí, desde luego que traes a dos mujeres que no soporto y las impones como si fueras el único dueño. ¿De qué se trata todo este juego? Vas a volver con ella cada que te haga pucheros, de ser así avísanos para no perder el perder el tiempo como estúpidos apoyándote en tus tonterías para que después digas que siempre sí vuelves con ella.
Jackson escuchó al menor de los hermanos, el más explosivo de todos; luego miró a Taehyung quien parecía comprender a su hermano pero también quería hacer valer su punto.
—Lo siento, no estoy contigo en esto —dijo Yoongi—. ¿Cómo puedes traer de nuevo a esta casa a la mujer que planeó tu muerte y facilitó la de tu hijo? ¿De qué se trata todo este circo?
